Joan Carles Valero - Letras expectativas
Territorio frontera
Moldavia lleva 25 años de crisis y carece de una estrategia definida porque los gobiernos cambian con frecuencia
La primera cumbre internacional de la Real Academia Española de Ciencias Económicas y Financieras (RACEF) desde que el pasado abril forma parte del Instituto de España, se ha celebrado en Moldavia, el país menos conocido y visitado de Europa. Bajo la presidencia del doctor Jaime Gil Aluja, la RACEF ha fomentado la cooperación científica con instituciones y academias de Polonia, Rumanía, Montenegro, Bosnia y Hercegovina, Bielorrusia, Bélgica, Finlandia y Argelia. Una relación que ahora se amplía con Moldavia, país asociado a la Unión Europea en 2014 y en el que cohabita el alma rusa.
El pueblo moldavo ha sufrido la dominación turca, tártara y la rusa. Con la perestroika afloraron los nacionalismos en la antigua URSS. Uno de ellos persiste en Transnistria, una franja situada entre el río Dniéster y Ucrania, que se separó de la Moldavia independiente de la órbita rusa en una guerra que costó diez mil almas en 1992, cuando Barcelona preparaba los mejores Juegos Olímpicos de la historia y las guerras balcánicas acaparaban el protagonismo internacional.
Moldavia lleva 25 años de crisis y carece de una estrategia definida porque los gobiernos cambian con frecuencia. El actual presidente, Igor Dodon, ha sido el único mandatario del mundo que acompañó a Putin el 9 de mayo en el desfile del día de la victoria en la Segunda Guerra Mundial. Dodon cohabita con un primer ministro y el presidente del Parlamento que pertenecen a la coalición europeísta.
En este confín de Europa, el único inversor español importante es Gas Natural Fenosa. El presidente del Parlamento moldavo, Andrian Candu, ofreció una recepción oficial a la RACEF durante las jornadas académicas celebradas la semana pasada en Chisináu, y trasladó a Gil Aluja su compromiso de que el negocio de Gas Natural Fenosa en el país, iniciado en el año 2000 y que en la actualidad representa la distribución y comercialización del 70% de su electricidad, está garantizado pese al acercamiento moldavo a la Unión Económica Euroasiática, liderada por Moscú y con un gran peso del sector energético.
Gil Aluja, por su parte, ha invitado a las autoridades moldavas a aprovechar la experiencia del sector vitivinícola español y a emular el modelo de promoción económica de la Marca España para que ese país mejore la imagen de ser la Casablanca de Bogart en el siglo XXI: un nido de espías y hackers en la última frontera.