Ángel González Abad - Los martes, toros
Tauromaquia balear
Otra vez la mentira política, la utilización de la Fiesta con quién sabe qué fines
Andan los aficionados de Baleares como los de Cataluña en julio de 2010. Hoy está previsto que el Parlamento de las Islas debata la proposición no de ley para declarar antitaurina a la Comunidad. Se teme que los socialistas sigan unidos en tripartito con Podemos y los nacionalistas de Més y saquen la proposición adelante. Otra vez la tibieza del PSOE, ese nadar siempre entre dos aguas que ya se llevó por delante las corridas de toros en Cataluña y que ahora en las Islas Baleares pueden hacer lo mismo. Otra vez la mentira política, la utilización de la Fiesta con quién sabe qué fines, pues en el archipiélago hay localidades profundamente taurinas en las que los socialistas apoyan sin fisuras la Tauromaquia.
Y en medio de este nuevo ataque a la Fiesta, sobre el que nadie exige el cumplimiento de la Ley que la declara Patrimonio Cultural en todo el territorio nacional, se presentó el pasado sábado la obra «Tauromaquia balear». Un volumen de más de seiscientas páginas con cientos de fotografías, que viene a demostrar todo lo que estas islas del Mediterráneo han aportado a la tradición y la cultura taurina. El autor, Raúl Felices, conoce perfectamente todo lo que significa el toro en la historia mediterránea. Vistió el traje de luces antes de ponerse a investigar y sacar su primer libo -Catalunya taurina-, que describe a la perfección la íntima relación existente entre los toros y la tierra catalana; como ahora demuestra que en Baleares la tradición taurina es mucho más que un espectáculo para turistas, como algunos quieren hacer creer de manera torticera.
La presentación de «Tauromaquia balear» llenó hasta la bandera el claustro del monasterio de Muro con cientos de aficionados que no están dispuestos a que les roben una pasión heredada de sus mayores. El prólogo de Santiago Martín «El Viti», el torero que más veces ha hecho el paseíllo en el Coliseo Balear, es un primer grito exigiendo libertad.
No estaría de más que quienes van a votar a favor de la declaración antitaurina de Palma, Menorca, e Ibiza, echaran un vistazo a esta magna obra de Raúl Felices. Conocer la historia para no renegar de ella.