Si no hay proyecto: venganza

La controvertida alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y su lugarteniente, Gerardo Pisarello, han decidido convertir Barcelona en «La república independiente de su casa». En lo que va de legislatura, no han aprobado ni un solo proyecto. Cero. Faltos de ideas y de proyecto de ciudad han disfrazado su nula gestión con políticas de gestos que no aportan nada pero contentan al electorado.El auténtico brazo ejecutor de esta política de postureo es Pisarello. Una de sus primeras decisiones fue crear un comisionado de memoria histórica que, con el paso de los días, ha mutado en comisionado de la venganza y cuya función principal es desagraviar a cualquiera que, según su torticero criterio de la historia, haya sido agraviado. A los presuntos agraviadores, ni agua. Sus primeras víctimas: los Borbones. Primero ordenó retirar el busto real y después, el nombre del salón de plenos (de la Reina Regente). Al primero se lo llevaron sin preguntar, y al segundo lo rebautizaron con el nombre de un efímero alcalde sin más mérito que ser republicano. Pero el comisionado de la venganza tenía más ideas. La siguiente fue desempolvar una estatua decapitada de Franco y convertirla en blanco del vandalismo y la ira popular como reclamo de una exposición que fue un estrepitoso fracaso. La siguiente ocurrencia que acabó en fiasco fue montar una procesión de carritos de hipermercado rellenos de ladrillos, tan vergonzante, que tuvó que retirarse.La última «boutade» de Pisarello ha sido acceder a las peticiones de las viudas de Pepe Rubianes, quienes aseguran que -tras una conexión astral- el polémico monologuista ha revelado que la avenida Almirant Cervera debe cambiar su nombre por el suyo propio, para que así pueda deleitarse viendo pasar chicas guapas. Los barceloneses no damos crédito ante tanto despropósito y frivolidad. Será cuestión de pedir también consejo al más allá.

CARINA MEJÍAS ES PRESIDENTA DE CS EN EL AYUNTAMIENTO DE BARCELONA