Sergi Doria - SPECTATOR IN BARCINO

El Favorito del independentismo

Con Laporta o con Font, el independentismo tomará el Barça y ahondará el desastre

Laporta, durante la jornada de votación en el Camp Nou AFP

La semana horribilis del Barça, tuvo su momento feliz con la victoria sobre el Sevilla y el pase a la final de la Copa del Rey, trofeo 'monárquico' que el barcelonismo nacionalista desprecia cuando no lo ha de ganar. A falta de Champions…

Pero la alegría dura poco en la casa del pobre. Y este Barça es muy pobre: ruinoso en lo económico, indigente en lo moral.

Núñez se fue hace veinte años y a sus sucesores no les comprarías un coche de segunda mano.

El club celebra elecciones con Bartomeu y tres de los suyos acusados de administración desleal y corrupción entre particulares: Óscar Grau (director general), Jaume Masferrer (asesor) y Román Gómez Ponti (servicios jurídicos). El expresidente cometió dos errores: incompetencia dilapidadora y bajo tono de altavoz procesista.

Los candidatos. Víctor Font, con su eslogan amnésico: «Más futuro, menos nostalgia»; Joan Laporta, el Favorito; Toni Freixa (exdirectivo del Favorito, Rosell y Bartomeu).

Esto es lo que da de sí esta Cataluña. Tras el revés de la Pimec, el independentismo huele a victoria, aunque este Barça solo depara opacidad. ¿Quién avala los 125 millones del nuevo presidente?

El Favorito. Bajo su mandato de 2003 a 2010 el Barcelona consiguió una docena de títulos futbolísticos y una cincuentena en las secciones (básquet, balonmano, hockey sobre patines y hielo).

Sí, pero… En poco tiempo el Favorito pasó de solución a problema. Y ese problema se llama politización en forma de independentismo.

El presidente venía del Partit per la Independència que Pilar Rahola y Àngel Colom fundaron tras escindirse de Esquerra: en 2000, después de un trienio de fiascos, tocó a Colom 'apagar la luz', esto es, pagar facturas: corrió al Palau para que el saqueador Félix Millet aflojara 72.000 euros con los que sufragar la aventura 'patriótica'.

Para ganar la presidencia el Favorito puso de cebo el fichaje (nonato) de Beckham; prometió levantar alfombras, pero no hubo nada; se alió en la Federación con el turbio Villar; apareció en China con un contrato de 150 millones en publicidad en las camisetas que no cristalizó; implicó al club en la campaña pro-Estatuto; aseguró que su cuñado no pertenecía a la Fundación Francisco Franco; desarboló la junta y 'purgó' secciones; protagonizó una rabieta en calzoncillos en el aeropuerto; fracturó la masa social; su director general, Joan Oliver, espió a miembros de la directiva…

Oliver, el que opinaba que «los españoles son chorizos por el hecho de ser españoles», reapareció con el Favorito en Core Store: en 2015 la consultoría se hizo con el Reus y lo acabó liquidando. ¡Un ejemplo de gestión!

Cuando acabó su mandato, el Favorito volvió a la política con Solidaritat Catalana per la Independència y Democràcia Catalana. Diputado en la primera formación, concejal en la segunda, estuvo calentando escaño.

El COU del Favorito en los Maristas fue poco ejemplar. Así lo contó a Jordi Sacristán en 'Què vols ser quan siguis gran?' (Rosa dels Vents, 2004): «Había un profesor de física que parecía que su objetivo era fastidiar a los alumnos y poner unos exámenes terribles. Aquel primer semestre suspendió todo el mundo, hasta los primeros de la clase. Unos cuantos nos enfadamos y después de una compleja estrategia nos apoderamos del examen de física que aquel profesor había preparado para el trimestre siguiente. Lo repartimos a todos los amigos. Alumnos que sacaban dos y unos en aquella asignatura sacaron ochos y nueves. Yo me lo hice para pasar justito, pero hubo gente que se pasó de entusiasmo y sacó diez. Les decíamos '¡No os paséis que nos ligarán a todos...!’ Finalmente, se lo olieron...» Y lo expulsaron.

Hace poco, el Favorito volvió a Luz de Gas para recoger firmas. Allí celebró en 2009 una victoria sobre el Madrid duchándose con champán francés (70 euros la botella). Su bailongo -habano flácido, camisa empapada- cuelga en la red.

Imágenes sólo superadas por la paella de Rahola en Cadaqués (agosto de 2016). Nunca la promiscuidad política fue tan explícita: Trapero, Puigdemont, el Favorito, Helena García Melero (TV3)… Al cantar “Let it be” -versión kumbayá con estelada- recordaban al Ortega Cano del «Estamos tan a gustito».

El Favorito es castizo. Comparable al Núñez de «al soci no se’l pot enganyar», o al Pepe Isbert de 'Bienvenido Míster Marshall' («como alcalde vuestro que soy»), brilla en aquella arenga a las peñas: «¡Me están embaucando a alguno de ustedes y no me gusta que los embauquen!... No caigan en la trampa con todos aquellos que dicen ser del Barça porque si no, no los leería ni los escucharía nadie… ¡Al loro, que no estamos tan mal, hombre!»

Pues al loro. Con el Favorito o con Font, el independentismo tomará el Barça y ahondará el desastre.

Del 'más que un club' a un club venido a menos. De aquel orgullo a esta vergüenza.

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