Sergi Doria - SPECTATOR IN BARCINO

Los aniversarios de Pujol

El 9 de junio el Patriarca cumplirá 90; de fondo, la sentencia del saqueo del Palau ratificada por el Supremo

Jordi Pujol, saliendo de su domicilio en la Vía Augusta de BarcelonaEFE

Ser presidente del Barça, que la Via Lliure atravesara el Nou Camp… «Parece que por ser catalán ya eres un delincuente», explica Sandro Rosell a Jordi Évole . Las pruebas -si Rosell las aporta- certificarán si hubo conspiración.

«Si hubiese un referéndum por la independencia yo votaría que sí, pero me iría a casa. Si el resultado es que sí, yo me voy de Cataluña y si es que no yo me quedo… Una cosa es lo que hace el corazón y otra lo que hace la cabeza. No sé si a Cataluña le iría bien o no me iría bien a mí», añade Rosell.

Jordi Pujol ORIOL CAMPUZANO

En esa alambicada reflexión, el relativismo moral de una burguesía que transitó del franquismo al nacionalismo y ahora coquetea con la sedición: la Convergencia que Jordi Pujol alumbró en 1974 (allí estaba el padre de Rosell, entre otros fundadores). El corazón y la cabeza (léase cartera). Montamos el pollo y luego nos piramos si pintan bastos. Eso hicieron en el 36 (la FAI mataba mucho) después de hacer el 34 (jaleando a los Badia). Todo eso está en Convergencia. Y Pujol, experto zahorí, captó ese subconsciente para su ingeniería social (léase «fer país»).

El 9 de junio el Patriarca cumplirá 90; de fondo, la sentencia del saqueo del Palau ratificada por el Supremo: 9 años y 8 meses, 4,1 millones de multa a Félix Millet; 7 años y 6 meses con multa de 2,9 millones a Jordi Montull. Ambos deberán devolver 23 millones expoliados al Consorcio, la Fundación y la Asociación del Palau. Confirmación del comiso de 6,6 millones a Convergencia por ganancias del tráfico de influencias .

El extesorero Daniel Osácar –«persona intachable», según Artur Mas-, condenado a 3 años y 6 meses y al pago de 3,7 millones por blanqueo de capitales, delito continuado de falsedad en documento mercantil y falsedad contable.

Puñeteras efemérides. En 2014 Pujol podía haber conmemorado el 40 aniversario de la gestación montserratina de Convergencia, el 30 de la primera mayoría absoluta y el Tricentenario de 1714… Pero ¡ay!, acabó confesando –«de grat o per força»- que durante treinta años mantuvo un capital en el extranjero que no declaró. Con tanto amor a Cataluña no dispuso de un instante para regularizar la «deixa» de su padre Florenci…

En su cumpleaños, el patriótico nonagenario habrá de oír el runrún del 3 por ciento cuando Jordi Jané, Irene Rigau, Felip Puig y Pere Macias declaren en la Audiencia Nacional por el blanqueo de comisiones ilícitas para financiar Convergencia. «Ustedes tienen un problema y este problema se llama 3 por ciento», espetó Maragall a Mas en 2005. Tres lustros después sabemos que era verdad.

Los aniversarios se le agolpan al Patriarca. Sesenta años de los «Fets del Palau» que le enviaron a la cárcel y cimentaron su icono de mártir. Otros sesenta de cuando la Banca Dorca abrió sus puertas en Barcelona. Era el embrión de Banca Catalana que costó 300.000 millones al Banco de España y al Fondo de Garantía de Depósitos. Cuarenta años de la primera victoria electoral… Pujol propuso al PSC de Raventós gobernar juntos y los socialistas no aceptaron… Error estratégico que inauguró cuarenta años de nacionalismo y la monitorización social detallada en el Programa 2000.

El pujolismo malbarató el sueño del catalanismo regenerador para demostrar que en materia de corrupción no hay hechos diferenciales. Como subrayan Félix Martínez y Jordi Oliveres en « Jordi Pujol. En nombre de Cataluña» (Debate), Convergencia protagonizó en 1989 el primer escándalo de financiación ilegal de un partido: el Caso Casinos. Cuando vio la luz la biografía, año 2005, el enriquecimiento del Clan Pujol era vox populi, aunque siempre sottovoce: «La mayor parte de los siete hijos del presidente, especialmente Josep y Jordi Pujol Ferrusola, se han enriquecido durante los años de gobierno de su padre. Se les atribuye una voracidad en el mundo de los negocios que pretende compensar a la familia de los prejuicios de la entrega de Jordi Pujol al país; aunque, ¿era inevitable que se beneficiaran de su apellido? ¿ha sido la presencia de su padre en la presidencia de la Generalitat lo que ha permitido que ellos se enriquecieran?» planteaban los periodistas. Quince años después, ambas preguntas obtienen respuesta afirmativa.

Políglota y lector de Mounier, el Amado Líder se preocupó de que nadie le hiciera sombra. A Trias Fargas y Roca -los mejor preparados- los inmoló en las municipales ante un socialismo imbatible; mientras, Mas guardaba la presidencia que ocuparía su hijo Oriol. Eso, evitar rivalidades con el Delfín, explica la servil mediocridad de las sucesivas generaciones convergentes, recicladas en el PDECat y Junts per Catalunya: Rull, Turull, Homs, Buch…

Sirva de moraleja aquella arenga desde el balcón de Sant Jaume : «A partir de ahora cuando alguien hable de ética, de moral y de juego limpio hablaremos nosotros…»

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