El sector turístico de Barcelona, a por el cliente nacional y de congresos para aguantar el año

Los afectados tienen asumido que la recuperación no llegará hasta 2021

Chiringuito lleno, el domingo, en la playa de la Barceloneta EFE

Anna Cabeza

Hace semanas, de hecho un par de meses, que el tejido turístico barcelonés tiene asumido que el verano está perdido . Cuando el sector se había rehecho de las secuelas del «procés» y a las puertas de un año con unas excelentes perspectivas, el coronavirus ha trastocado todas las previsiones y, lo que es peor, deja temblando y herido de gravedad al sector a las puertas de su época grande del año. A la espera de que lleguen ayudas y campañas de promoción, el sector fecha su vuelta a la normalidad para principios de 2021.

«Recuperar lo más pronto posible la actividad turística», rezaba hace menos de dos semanas un comunicado del Consejo de Turismo y Ciudad del Ayuntamiento de Barcelona , que reúne a unas 40 entidades municipales. Consciente de lo mucho que perderá la ciudad, el consistorio se ha esforzado para renovar su discurso sobre el turismo: ha olvidado su animadversión para concentrar fuerzas y conseguir lanzar el mejor mensaje de cara a recuperar, cuanto antes mejor, un sector que supone el 12% del PIB local y emplea al 9% de ciudadanos.

El pasado viernes, la alcaldesa Ada Colau aseguraba durante el pleno a porpósito de una pregunta de la oposición, que el turismo « representa un activo de la ciudad » y que por eso «tenemos que unir todos los esfuerzos y estrechar colaboraciones para avanzar hacia su reactivación económica y también hacia una propuesta más sostenible».

Parte de los afectados son conscientes de que la clave para facturar algo este verano, que no salvar la temporada, pasa por el cliente nacional, aunque no existen grandes expectativas .

Mercados a conquistar

En este escenario, desde Turisme de Barcelona están estudiando varias estrategias para intentar reanimar a unos negocios actualmente en estado crítico. Su presidente, Eduard Torres, abogó hace escasos días durante un encuentro telemático con representan- tes del sector a esmerarse en mercados específicos. Por ejemplo, el de los cruceristas, de los que actualmente el 60% de los que pasan por el Puerto pernoctan en la ciudad. Suelen tener un perfil medio alto y por esto trabajar para retenerlos más sería una buena apuesta.

Los afectados, sin embargo, tienen claro que hay que priorizar otros perfiles. «El turismo de negocios es esencial por el gasto que deja y la relación que genera con el ecosistema empresarial», recordó Torres. Turisme, explicó, trabaja a día de hoy con más de 130 candidaturas para atraer salones durante los próximos cinco años, 33 para 2021. «Seguro que el año que viene se harán con unas dimensiones más reducidas, pero lo importante es que vengan», insistió Torres. Para hoteleros y restauradores , Alimentaria, aplazado a octubre, será una de las grandes pruebas de fuego.

«La clave es que se transmita una imagen de confianza, de que Barcelona es una zona controlada, en la que se está a salvo», opina Pablo Díaz, profesor de Economía y Empresa de la UOC consultado por ABC. El experto cree que, si bien la capital catalán juega con la desventaja de haber priorizado por el visitante internacional antes que el más próximo, tiene ahora una oportunidad delante. «Es una ocasión única para que el turismo nacional disfrute como nunca de Barcelona, sin tanta turistificación. Los atractivos estarán menos masificados. Por eso habría que reforzar este mensaje», sentencia.

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