El sector musical bordea la «hecatombe»: 16.500 conciertos cancelados y una caída del 65% en la venta de discos
El Anuario de la Música alerta de que Cataluña atraviesa «la peor crisis de la historia del sector musical, al menos a lo largo de los siglos XX y XXI»
Si hace un par de días fueron las salas de conciertos las que alertaron de su posible extinción si seguían con la persiana bajada mucho más tiempo, este viernes ha sido el sector musical al completo el que ha dibujado un panorama pesadillesco que que hace prever «una hecatombe». Así se desprende el Anuario de la Música 2020, radiografía que constata que la pandemia ha provocado «la peor crisis de la historia del sector musical, al menos a lo largo de los siglos XX y XXI».
Los cifras, según la Asociación Profesionales de Representantes, Promotores y Mánagers de Cataluña, son «terribles». A saber: 16.500 actuaciones y producciones canceladas en Cataluña durante 2020, unas pérdidas económicas para la música en directo de en 88 millones de euros, una reducción de la facturación del 87% respecto a 2019, una caída de hasta el 65% en la venta de discos físicos y del 25% en formatos digitales... «La industria de la música es un sector con muchas debilidades, que en 2019 dio claras muestras de estar recuperándose de la crisis de 2008, y que ha recibido un golpe mortal con esta nueva crisis«, ha destacado Lluís Gendrau, director de la Editorial Grup Enderrock, encargada de elaborar el Anuario.
Sí que ha aumentado el consumo de música gratuita en la red, triste consuelo para un sector tocado y casi hundido. Máxime cuando los músicos han visto reducido el 75% de la actividad respecto al verano anterior y no vislumbran ninguna reanudación para el 2021. Además, el 76% de los profesionales del sector musical (músicos, promotores, managements, representantes, empresas de servicios yautónomos) se han visto afectados por despidos o ERTE, según datos de la Unión de Músicos.
«Necesitamos un plan de choque y de viabilidad: un rescate», ha sentenciado el presidente de la Asociación de Representantes, Promotores y Mánagers de Cataluña (ARC), Jordi Gratacòs, tras advertir que «hay muchas empresas que se están quedando por el camino». «Las buenas cifras de 2019 nos llevaron a invertir para seguir creciendo en 2020, y el choque frontal que sufrimos en marzo fue dramático», ha añadido.
Graves errores de las administraciones
Durante los ocho meses que las salas de conciertos han permanecido cerradas, «las administraciones han cometido graves errores, como el despropósito que se produjo este verano, cuando se permitió que se llevaran a cabo conciertos en los teatros, pero se prohibió en las salas profesionales», ha recordado el presidente de la Asociación de Salas de Concierto de Cataluña (ASACC), Lluís Torrents, en una rueda de prensa celebrada en la Sala Apolo de Barcelona, que sigue cerrada. «La clase política ha demostrado una falta de sensibilidad hacia la música inaudita -ha denunciado-, con una política errática y unos cambios de dirección repentinos que demuestran una total falta de respeto hacia nuestra profesión». En su opinión, «tan sólo algunos políticos concretos dedicados al ámbito de la cultura nos han escuchado y han entendido nuestra postura, mientras el resto han demostrado un desconocimiento absoluto del sector».
«Algunos de los errores se han subsanado y en las medidas anunciadas ayer por la Generalitat para el conjunto de la cultura se incluyeron, por fin, las salas de conciertos -ha reconocido-, pero estas salas son mayoritariamente empresas privadas, con muy poca ayuda pública, para las que los conciertos de tarde son sólo entre un 10 y 15% de la facturación y que viven principalmente del 'clubbing' y las actividades nocturnas». Por esta razón, las nueva medidas, que sólo permiten abrir hasta las 22.00 horas con aforo reducido, «no ayudan a las salas grandes, que seguirán cerradas porque retomar la actividad supone generar más pérdidas».
El presidente de MUSICAT, Josep Reig, ha lamentado que «los músicos no hayan podido acceder a las ayudas» y el presidente de la Acadèmia Catalana de la Música, Gerard Quintana, ha pedido que se apruebe con urgencia el Estatuto de la Música. «Arrastramos una endémica falta de regulación y, además, hemos acostumbrado a la gente a la gratuidad de la música, y eso nos ha llevado a sufrir el golpe más duramente que si hubiéramos estado preparados», ha concluido Reig.