Santiago Bueno, sobre los abusos en la Iglesia: «Hubo épocas en las que no se actuó correctamente»
El presidente del Tribunal Eclesiástico del Arzobispado de Barcelona defiende la comisión parlamentaria siempre que investigue todos los ámbitos
Cada vez que escucha el testimonio de una víctima acaba «devastado», explica el presidente del Tribunal Eclesiástico del Arzobispado de Barcelona . Santiago Bueno defiende la necesidad de investigar los abusos en la Iglesia , sin olvidar que también se dan en otros ámbitos de la sociedad, como en el seno de las propias familias. Reconoce que hubo épocas en las que el clero «no se actuó correctamente», y por ello reivindica los avances de los últimos años.
—¿Será útil la comisión del Congreso?
—Soy favorable a todo lo que suponga investigar actitudes incívicas o criminales, pero para que la investigación sea auténtica y efectiva debe abarcar todos los ámbitos. Si solo abarca la Iglesia, se quedará corta.
—¿Respaldan a las víctimas?
—Tenemos una oficina de atención, que valora lo que necesita cada persona. Escucha, ayuda psicológica y/o acompañamiento para denunciar.
—¿Ustedes también denuncian?
—Invitamos a las víctimas a que lo hagan, ante la policía o la Fiscalía, si no lo han hecho ya. El derecho canónico actual también prevé que lo hagamos nosotros de oficio, si el caso no ha prescrito.
—¿Y en caso de que sí?
Los propios Mossos d'Esquadra invitan a las víctimas a presentar la denuncia ante la autoridad eclesiástica porque nuestra prescripción es mucho más tardía y la Santa Sede la puede levantar si se trata de un caso realmente grave.
—¿Cómo funciona el proceso canónico?
—Es muy parecido al civil. Se hace una primera investigación para determinar si esos indicios se confirman. Si es así se remite a la Santa Sede y se abre un proceso judicial que acaba con una sentencia.
—¿Qué ocurre con los culpables?
La pena prevista para los casos más graves es la expulsión del estado clerical.
—¿Juzgan a cualquier religioso?
-Las diócesis solo somos competentes para los casos de clérigos diocesanos. Cuando se trata de religiosos, el competente es su superior en la congregación.
—¿Cuántas denuncias recibieron en 2021 en Barcelona?
—Sólo una. La Santa Sede levantó la prescripción y se abrió un proceso judicial –aún en marcha–contra un sacerdote diocesano.
—¿Por qué era un tabú?
—Muchos abusos se dan en el ámbito familiar y por eso no era extraño que, en otra época, se escondiese más. Denunciar supone a veces revictimizar y algunos padres prefieren evitar ese sufrimiento a sus hijos.
—¿La situación ha cambiado?
—Nos lo dicen las propias víctimas, que lo denuncian no solamente por ellas mismas, sino para evitar que siga sucediendo.
—¿Han cometido errores?
—Es algo que todos, no solo la Iglesia, tenemos que encarar y aceptar la responsabilidad. La Iglesia reconoce que hubo épocas en las que no se actuó correctamente, y por eso hay que rectificar y hacerlo mejor.
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