Santi Rodríguez - Tribuna abierta
El problema es Netflix
«La lenta decadencia económica y social en la que están sumiendo a los catalanes, porque los territorios no sufren, nos aleja de la Cataluña dinámica y próspera que nos ha caracterizado a lo largo de los siglos»
Era 2013 cuando Oriol Junqueras amenazaba con parar la economía catalana durante una semana para forzar al Estado a negociar la autodeterminación de Cataluña. Hoy, a las puertas de 2022, no está claro que el Estado, mejor dicho el Gobierno no esté dispuesto a negociar la autodeterminación, pero por cosas más sutiles como mantener una mayoría parlamentaria. Lo que sí está claro es que Junqueras está consiguiendo su objetivo: parar la economía catalana.
La lenta decadencia económica pero también social en la que están sumiendo a los catalanes, porque los territorios no sufren, lo hacemos las personas, nos aleja de la Cataluña dinámica y próspera que nos ha caracterizado a lo largo de los siglos.
Las empresas y la tradicional industria catalana siguen huyendo de Cataluña, y las que quedan lideran el ranking de insolvencias, la diáspora cultural, la aversión al turismo, el bloqueo de inversiones y de infraestructuras como el aeropuerto, las numerosas barreras administrativas que no solo persisten si no que se incrementan incluso para la implantación de energías renovables, la abusiva y confiscatoria fiscalidad, la permisividad con los violentos o el amparo presuntamente legal de los ataques a la propiedad privada son aspectos tangibles que no deberían dejarnos indiferentes.
También los servicios públicos sufren: las mayores listas de espera en la sanidad están en Cataluña, los escolares, en la mayor cantidad de barracones de España, ven limitados sus derechos lingüísticos, no sólo en relación al castellano -en el aula o en los patios-, también en relación a las lenguas extranjeras y al que se le ocurra denunciarlo se le acosa y se invita a la turba a apedrear a sus familias.
Pero el problema es Netflix, que es lo que de verdad preocupa al Gobierno de la Generalitat. Algunos pierden el tiempo viendo cómo organizarse, cuando debemos emplearlo en articular la alternativa imprescindible para revertir estas situaciones y recuperar el bienestar y la convivencia que, lenta pero inexorablemente, nos están sustrayendo.
Santi Rodríguez es secretario general del PP catalán