Santi Rodríguez - Tribuna Abierta
Libertad condicionada
Los efectos finales de la limitación de las rentas de alquiler pueden ser incluso contrarios al objetivo que persigue la medida
En los últimos meses venimos reiterando la deriva ideológica del Govern de la Generalitat, presidida por los post convergentes, pero dirigida por principios propios de la izquierda más radical que le sustenta. A los ataques a la libertad de educación a través del ataque a la escuela concertada, al ataque al ahorro de las familias a través del impuesto de sucesiones, al ataque al derecho a la propiedad concediendo derechos a ocupas, se añade ahora el ataque a la libertad de fijación de precios del alquiler de viviendas.
Coincidimos en que uno de los efectos de la crisis económica y financiera de 2008 ha sido desviar la demanda de propiedad hacia la vivienda de alquiler, y que ha tensionado el mercado empujando los precios de alquiler al alza, en muchas ocasiones, desproporcionados. Ante esta situación, el Partido Popular apostamos por ejercer las competencias autonómicas en materia de vivienda, lo que significa invertir en vivienda de alquiler para incrementar la oferta e incidir sobre el precio de alquiler.
Intentar regular artificialmente el precio del alquiler, puede tener efectos diversos: reducción de la oferta por ser el precio inferior a la expectativa; reducción de la inversión en mantenimiento y rehabilitación de las viviendas, lo que empeora sus condiciones de habitabilidad; incluso finalmente puede generar un mercado oculto de alquileres para burlar la ley. En conclusión, los efectos finales de la medida pueden ser incluso contrarios al objetivo que persigue la limitación de las rentas de alquiler.
La escasez de vivienda de alquiler social es una realidad, sólo hace falta ver la disponibilidad en algunas ciudades: en Paris el 22%, en Berlín el 30%, en Londres el 24% o en Nueva York el 41%. Cifras que contrastan con Barcelona, que apenas alcanza el 1%. Pero parece ser que, ejercer las competencias en vivienda, no es cosa de este Govern, lo suyo es intentar ejercer competencias de otras administraciones, como lo es la regulación de las rentas de alquiler.
Sin duda, la influencia de la izquierda radical en el Govern de la Generalitat de Catalunya, no solo alimenta el secesionismo, sino que nos tiene a los catalanes en un estado de libertad condicionada a los caprichos de unos gobernantes incompetentes para abordar los problemas que sufrimos.