Santi Rodríguez - Tribuna abierta

Competencias e incompetencia

«Mejor política social, impulso de la economía y menos proceso independentista deberían ser los principios básicos que guiaran cualquier foro, mesa o acuerdo entre partidos»

Santi Rodríguez

Suele ser habitual en el relato nacionalista desviar la atención de lo prioritario hacia lo secundario, introduciendo el debate sobre la titularidad de las competencias en vez de intentar ejercerlas con competencia.

Es en este sentido en el que hay que valorar que el gobierno de Torra se pase el día a la greña con el Gobierno de España -auténtica seña de identidad del nacionalismo- no para reivindicar tal o cual política, sino simplemente para reivindicar la titularidad de la competencia, porque por el simple hecho de ser independentistas lo habrían hecho mejor. Para ellos es evidente que, en una Cataluña independiente, habría menos fallecidos y menos contagiados, no porque se hubieran hecho mejores políticas, sino porque serían sus políticas independentistas que, por definición, son superiores.

Siguen explicando lo que habrían hecho quince días antes, cuando por cierto, teniendo las competencias no lo hicieron, en vez de explicar qué van a hacer quince días después, para lo que ahora sí tienen competencias. Lo que nos debe preocupar es cómo abordamos el futuro inmediato recuperando las políticas sanitarias que, durante los años de crecimiento, no quisieron recuperar. O cómo fortalecemos las políticas industriales, turísticas y comerciales para recuperar, al menos, parte de lo perdido.

Mejor política social, impulso de la economía y menos proceso independentista deberían ser los principios básicos que guiaran cualquier foro, mesa o acuerdo entre partidos para dar respuestas a los problemas que acuciarán nuestra sociedad una vez superada la emergencia sanitaria. Pero mucho nos tememos que no vaya a ser así. La naturaleza del nacionalismo consiste en aprovechar las debilidades en su propio beneficio , y ellos, más que los problemas de la sociedad catalana, ven oportunidades para conseguir sus objetivos.

Conviene recordar la fábula de la rana y el escorpión, en la que cuando la rana ayuda al escorpión a cruzar el río y se hunden juntos por la picada del escorpión, este responde: «Es mi naturaleza» .

El debate no debe ser sobre la cantidad de competencias que tienen unas u otras administraciones, sino cuan competentes somos ejerciéndolas .

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