San Juan dará aire al sector pirotécnico

Las verbenas, con limitaciones, alentarán la venta de petardos

Fugo y petardos en una verbena de San Juan en Tarragona ABC

Anna Cabeza

La temporada, a punto de volar por los aires, y no precisamente en el buen sentido de la palabra al que el sector pirotécnico está acostumbrado. Las empresas afrontan desesperanzados una vuelta a la normalidad que, por ahora, no les depara un gran negocio. Sin grandes verbenas ni fiestas mayores a la vista, algunos negocios se ven abocados al cierre y otros se salvarán, con apuros, gracias al San Juan post-Covid.

De hecho, toda la cultura popular , que en verano vive su mayor esplendor, vaticina su verano más triste, con problemas para llevar a cabo correfocs y espectáculos pirotécnicos, pero también conciertos y bailes populares, las típicas abarrotadas diadas castelleras o festivales infantiles en los que históricamente, con primeras líneas llenas de pequeños entregados a la causa, no cabía ni una aguja. La semana pasada se conocía, por ejemplo, que las populares Fiestas de Gracia serán solo diurnas, controles de aforo y cita previa.

«Tenemos la pequeña esperanza puesta en vender algo por San Juan», comenta a ABC Eduard Cunillera, gerente y propietario de Pirotècnia Catalana, una de las grandes empresas del sector en Cataluña, que vive especialmente de los fuegos artificiales que acompañan los finales de los festejos locales y no tanto de los truenos, bengalas y chinos en manos de particulares para la noche más corta del año. A ellos y a otras compañías del sector la temporada se les ha ido prácticamente al garete, y es que todo el folklore tradicional está quedando suspendido por el coronavirus.

Cunillera explica que les están anulando contratos de toda España, de pedidos que tenían que ser para finales de septiembre u octubre. «El problema es que están suspendiendo fiestas mayores en bloque y por ahora no se plantean mantener algunos actos, cuando estamos seguros de que nuestros espectáculos pirotécnicos podrían celebrarse sin problema», lamenta.

De hecho, inciden en que podrían adaptar estos espectáculos, por ejemplo, con tres o cuatro puntos de lanzamiento de cohetes para que todos los vecinos, desde los balcones y ventanas de sus casas, los puedan disfrutar. Además, «¿acaso el Piromusical de la Mercè no es un éxito y muchos lo ven desde televisión o tejados?», recuerda. Barcelona, precisamente, no descarta un Piromusical diferente este año, con una fórmula que evite las aglomeraciones y con fuegos que sean más altos.

Las collas de diables y dimonis también están sufriendo estos recortes pero los están afrontando con resignación. Estos días han preparado eventos virtuales, o incluso algún castell de focs excepcional y sus miembros están diseñando propuestas ingeniosas para no quedarse sin quemar pólvora. Igual están las collas castelleras, que necesitan de los ensayos y piñas de gente abarrotada y que están totalmente paralizadas, sin actividad y a la expectativa de cómo retomar una temporada que se preveía apasionante, entre otros aspectos, por el concurso bienal de Castells de Tarragona. Para estos, las fiestas mayores son donde disfrutar de su afición.

No ocurre lo mismo para los que viven profesionalmente de los petardos . El sector pirotécnico estima que el 96 por ciento de las compras previstas para este año han sido canceladas, según datos da Asociación Española de la Pirotecnia (Aepiro), de la que Cunillera es vocal. Y temen que un 70 por ciento de las empresas acabe cerrando.

Y es que el género que ahora está sin salida es el resultado del trabajo de todo el invierno: el sector fabrica su material entre octubre y febrero. « Mi empresa se aboca al cierre porque no vamos a volver a la normalidad cuando acabe el estado de alarma: nuestro negocio ya no tendrá salida hasta como mínimo abril de 2021. ¿Cómo aguantamos hasta entonces?», se pregunta desesperado.

Verbenas, pero discretas

A nivel catalán, el sector está algo más animado gracias a San Juan. La semana pasada, fabricantes, mayoristas y comerciantes se congratularon de que la verbena se podrá salvar gracias a que para entonces, si no hay sustos, la mayoría de municipios estarán ya en fase 3. La Generalitat detalló las condiciones: un máximo de 20 personas para vebenas particulares o hasta 800 personas (sentadas y con la distancia correspondiente) en actos organizados.

Con estas condiciones, que pueden variar en función de la evolución de la pandemia en las próximas semanas, la fiesta no será como en otros años, pero al menos podrá ser la primera gran celebración desde el decreto del estado de alarma. Si bien las pirotecnias no viven de San Juan sí lo hacen los establecimientos que los comercializan, que concentran estos días el 95 por ciento de la facturación anual y que e mplean a unas 3.000 personas .

Los afectados dan por hecho que venderán un 25 por ciento menos que el año pasado -también tendrán nuevos requisitos para extremar la seguridad- pero prevén abrir 1.000 casetas para vender petardos y se esforzarán por incrementar el negocio online y la venta escalonada, que en otros años se concentra en los días previos a la verbena.

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