De las urnas a los containers
Han pasado 3 años y el independentismo ha pasado de reclamar urnas a quemar contenedores. Es toda una metáfora esta oscura obsesión que los CDR sienten por la basura. Se empieza hurgando en los containers y sólo Dios sabe cómo se acaba. De las sonrisas a los incendios hemos llegado en sólo tres aniversarios. De la arrogancia de los que se creían victoriosos a la impotencia de los que han perdido y no quieren asumir su derrota, y cada vez son menos, y menos relevantes, ha habido un trayecto asombrosamente breve, predecible y mediocre. ¿Dónde está ahora la democracia? Los alborotos de ayer fueron el resto del resto, más que una protesta parecía una nostalgia, como el delincuente que lleva 20 años en la cárcel, se ha acostumbrado a vivir allí y el día que sale vuelve a delinquir pero sólo para que le vuelvan a meter en la cárcel porque en el mundo real ya no sabe qué hacer. Poca fiesta la de anoche, ha pasado el tiempo y estamos todos más cansados, con problemas de mucha más importancia. Yo vivo de esto y tuve que recordar que era 1 de octubre. Los Mossos realizaron sus detenciones porque era todo tan cutre y tan escaso que no había ni que quedar bien con nadie del otro lado. Esto es lo que queda, Torra es lo que quedaba y ya no está, y tal como las Torres Gemelas fueron la superación de ETA, la pandemia ha dejado las cuitas de los independentistas en un juego minoritario y retórico que a nadie -ni a ellos mismos- parece importarles más allá de sus cuentas de Twitter o sus grupos de Whatsapp.
Se empieza con urnas ilegales y se acaba con containers incendiados. Luego llega la Polícia y ya.
