Salvador Sostres - Shambhala
Los últimos serán los primeros
Hay que saber cuándo ir a Port Aventura. Si hay que hacer un restaurante de La Liga hay que saber hacerlo bien hecho. Pensar es lo que no distingue de las bestias
PORT Aventura, 20 de diciembre. El primer lunes un poco tranquilo tras el puente de la Purísima y los siguientes fines de semana. No hay nadie, o casi nadie, en el parque. De las dos horas de cola que hace 15 días había en Shambhala, estamos en que la atracción espera un poco a que más visitantes suban para llenar el vagón. Hay que saber ir a los sitios. Hay que pensar un poco. La vida es lo que hacemos de ella. No puede ser que tanta gente sea tan dejada de ir por el carril central cuando ya se sabe que está colapsado. No puede ser que tanta gente lo dé todo tan por perdido y no se tome unos minutos para pensar en una estrategia mejor. Hacer cola es una decisión. Es la decisión de los que no piensan y luego se quejan. Es la decisión de los que no respetan su tiempo, ni su vida, y prefieren seguir al rebaño. Se puede ir a Port Aventura pagando la entrada más barata y no hacer ni diez minutos de cola, pero hay que saber cuándo, y por qué. Disfrutar de la vida es cuidarla, pensarla, calcularla. Por supuesto que existen las clases sociales y no seré yo quien vaya a negarlo. Y no sólo existen sino que son más fiables que el amor y que la democracia. Pero existen, sobre todo, las clases intelectuales, y por decirlo todavía más simple, las clases mentales. Existen los que piensan un poco y los que no piensan nada. «Es que el 20 de diciembre es lunes y yo trabajo». Mentira. Totalmente falso. Tú no has pensado en ir a Port Aventura el día 20 y has seguido el impulso gregario de la masa de ir por el puente. Si hubieras pedido un día de vacaciones o de asuntos personales en tu trabajo, te habría sido concedido, y probablemente te habrían agradecido que trabajaras por la Constitución, cuando todos los demás quieren ir a esquiar. Si tu hija se ausenta un día del colegio -especialmente durante la novena decembrina, cuando ya las notas están puestas- no va a pasarle absolutamente nada, e incluso va a aprender algo si le explicas con sentido la estrategia que has pensado para ir al parque esquivando a la turba. Comer o no comer -Manuel Vázquez Montalbán lo escribe- es cuestión de dinero, pero comer bien o comer mal no es cuestión de dinero, sino de cultura. Hay que pensar. Y si no tienes dinero hay que pensar todavía más.
Esto es importante consignarlo: cuando uno es rico, siempre puede pagar. Y pagar te ahorra hacer movimientos y tener ideas. Pero si eres pobre es importante que te tomes tu tiempo, que a fin de cuentas es lo único que tienes. Que nadie se ofenda y que todo el mundo lo entienda. Si eres pobre, optimiza tus recursos, analiza tus opciones y no sólo vivirás mejor sino que probablemente descubrirás por el camino soluciones mucho mejores de las que te llevaron a tu estancamiento. Hay que dormir ocho horas -Joaquín Castellví lo dice- y pensar 16. Hacer las cosas sin pensar es carísimo. Hacer las cosas sin pensar es derrochar. Yo no sé si tú puedes derrochar. Yo, desde luego, no puedo, y por eso procuro pensar y voy a Port Aventura el 20 diciembre. Bueno, para ser sinceros, yo a Port Aventura voy siempre, pero no hay mejores condiciones que las que ofrece un lunes de otoño, frío y soleado, con la masa agotada y empobrecida tras el puente de la Inmaculada y ya guardándose para la Navidad. Hay que pensar. Hay que aprovechar la debilidad del enemigo.
Es siempre la misma historia: no importa lo que hagas. Importa hacerlo bien. Importa saber qué quieres y cómo conseguirlo. Importa el empeño, importa la inteligencia. Y la gran novedad del momento no es ninguna atracción sino que Port Aventura, La Liga, y el central del Fútbol Club Barcelona Gerard Piqué han creado un restaurante y un bar en las inmediaciones del parque. Un espacio de 1.000 metros cuadrados con capacidad para unas 500 personas. En su registro, en su modelo, es un concepto perfecto y perfectamente ejecutado. Tiene la ambientación, tiene las comodidades, tiene las prestaciones, tiene el servicio y tiene la oferta gastronómica exactos para lo que se propone. Da gusto entrar en un local y detectar que alguien ha pensado bien. Da gusto entrar en un negocio bien hecho. Y todavía da más gusto que tres mundos o caracteres tan distintos como Piqué, Tebas y el dueño de Port Aventura, Carlo Bonomi, puedan entenderse alrededor de una buena idea aunque en tantas otras cosas piensen distinto. Esto es la civilización, la economía, la libertad. El mejor antídoto contra el fanatismo, el atraso y la guerra es un buen negocio. Un buen negocio que crea riqueza y puestos de trabajo. Esperanza, bienestar.
Ni este restaurante es mi estética, ni es mi cocina, ni tengo la costumbre de ir a un sports bar a ver el fútbol. Pero para los millones de personas a las que esto les atrae, e incluso les apasiona, es un establecimiento en el que encontrarán todo lo que necesitan, y se sentirán atendidos en su euforia. Además de comer y beber, se pueden seguir los partidos a través de toda clase de pantallas, sentado o tirado en unas magníficas gradas de césped artificial; tomarse fotografías con la camiseta de cualquier equipo de La Liga, y jugar al FIFA 2022 con las distintas Play Stations que están a disposición de los asistentes en la zona de gamers. A través de un código QR te puedes descargar un juego creado específicamente por el restaurante.
Mucha gente no entiende mi fascinación por los parques de atracciones, pero yo podría convencer a cualquiera de la suavidad de Shambhala, la montaña rusa más elegante del mundo, y de que no hay ningún otro cuerpo, de hombre o de mujer, que te acoja y te lleve con tanta clase. Yo no soy el cliente que busca el nuevo restaurante de Piqué, Port Aventura y La Liga, pero está tan bien hecho que es imposible no emocionarse y celebrarlo. Hay que saber cuándo ir a Port Aventura. Si hay que hacer un restaurante de La Liga hay que saber hacerlo bien hecho. Pensar es lo que no distingue de las bestias. No pensar es lo que nos iguala a ellas. La calidad importa más que el dinero y es el único modo de conseguirlo. Haz lo que quieras. Pero antes piensa un poco. Y los últimos serán los primeros.