Miquel Porta Perales - El oasis catalán
Ruritania
La historia se repite: si los malcontents de las primeras décadas del XIX se rebelan contra la división administrativa de Cataluña, los descontentos de hoy lo hacen contra la inclusión de Cataluña en España
El nacionalismo se ruraliza y la Cataluña nacionalismo recuerda aquella Ruritania en la que el politólogo Ernest Gellner, inspirándose en una novela de Anthony Hope, percibió unos «despertadores de consciencia» que imaginan la nación. Hoy, los despertadores remiten al carlismo dieciochesco y al romanticismo alemán. Ahora, como antes, la lengua y los fueros. Fundamentalismo y carlismo. Y -marca de la casa- victimismo y oportunismo. En Ruritania -¡que 150 años no es nada!- todo sigue igual. ¿Una casualidad que la mayoría de nuevos dirigentes del PDC provenga -como en época carlista- de las comarcas interiores?
La historia se repite: si los malcontents de las primeras décadas del XIX se rebelan contra la división administrativa de Cataluña, los descontentos de hoy lo hacen contra la inclusión de Cataluña en España. Dos siglos después, el movimiento provincialista sigue en Ruritania. Y si el carlismo catalanista de entonces estableció una Junta Superior Provisional de Govern del Principat de Catalunya, los carlistas nacionalistas de ahora predican una República Catalana. Más semejanzas en Ruritania: si el carlismo catalanista de ayer constituyó una Junta Superior Goverrnativa del Principat de Catalunya, los carlistas de hoy construyen las estructuras de Estado de la República Catalana y amenazan con la desconexión, el RUI y el proceso constituyente. Una sonrojante vergüenza antidemocrática y un despropósito jurídico. Un golpe a la democracia para satisfacer a la CUP y conservar el poder. Vale decir -otra semejanza- que el carlismo dieciochesco floreció en la Cataluña interior. A finales del XIX, el tradicionalismo catalán se confundió con el integrismo para, a fin de cuentas, aproximarse a la Lliga Regionalista y sobrevivir. Algo parecido -¿quién jugará el papel de la Lliga por convicción o interés?- podría ocurrir hoy. O eso o el precipicio. Y sí, como dijo Marx, la historia -primero drama y después farsa- se repite. El delirio de unos oportunistas para salvar la poltrona.