José García Domínguez
Romeva es Jimmy Jump
Romeva acaba de encontrar a un filonazi en Finlandia que estaba dispuesto incluso a estrecharle la mano
Ya no están solos. En Europa, y tras varios centenares de intentos frustrados, ha aparecido alguien dispuesto a hacerse una foto junto al meritorio conseller Romeva, que es el Jimmy Jump del “procés”, todos los días corriendo tras cualquier dirigente internacional que se le ponga a tiro por ver si suena la flauta del soñado reconocimiento externo a lo suyo. Y el que la sigue, la consigue. Así, para orgullo de esos mandatarios nuestros que juran y perjuran que Europa los recibirá con los brazos abierto y una alfombra de flores en cuanto se consume su asonada golpista, el apóstol Romeva acaba de encontrar a un filonazi en Finlandia que estaba dispuesto incluso a estrecharle la mano ante las cámaras de la tele. Todo un hito histórico para la alta diplomacia de la Generalitat. Por lo visto, el sujeto en cuestión resulta ser un dirigente del grupo xenófobo de extrema derecha que hasta hace bien poco se hacía llamar los Verdaderos Finlandeses. Una joya de la corona.
Más vale un neonazi en mano, habrá pensado nuestro muy pragmático Romeva, que cientos de demócratas homologables volando. Y es que, hasta que apareció por fin ese finlandés tronado, el único grumete extranjero que se nos había apuntado a la excursión a Ítaca era Umberto Bossi, el de la Liga Norte, otro racista de barra de bar, tan burdo y primario que hasta los comisarios políticos de TV3 tenían que ocultarlo para no herir la sensibilidad de la infancia local. Más allá de ese par de apestados, nada. Nada de nada. Con esos bueyes, pues, la Liga Norte y el lunático hitleriano de más arriba, tendrán que arar. Al muy honorable interino Puigdemont le gustaría verse reflejado en Garibaldi ante el espejo del Destino. Pero ahí están Umberto Bossi y el otro impresentable para recordarle en qué liga juega el separatismo catalán: la de los ventajistas siempre prestos a hacer caja con el cuento de la Padania de turno. Pobre Romeva.