Alberto Villagrasa - Tribuna Abierta

Recuperar a los Mossos

Hay que admitir que tienen hoy una más que evidente falta de credibilidad y una imagen mejorable. Esta situación es culpa de los dirigentes políticos y mandos responsables

Los cuerpos y fuerzas de seguridad en democracia tienen un papel protagonista y unas funciones bien definidas que les otorga la ley que no pueden prestarse a más interpretaciones que las emanadas de la Constitución. En el caso de Cataluña tenemos a los Mossos d’Esquadra, un cuerpo policial con casi 300 años de historia (24 de diciembre de 1.721) y creado por orden de Felipe V y que a día de hoy sufre una grave crisis de imagen y credibilidad.

Todo empezó el 1 de Octubre con la imagen de pasividad que tuvo ese día el cuerpo de Mossos d’Esquadra por culpa de un dispositivo diseñado por sus mandos para que, quisiesen o no actuar, les fuese imposible poder realizar su trabajo. Ese día, para un gran número de catalanes, el desapego con la policía de Cataluña se hizo realidad; y para otros (como los de la CUP) que ese día fueron héroes, el resto del año siguen siendo villanos.

No podemos engañarnos y hay que admitir que los Mossos d’Esquadra tienen hoy una más que evidente falta de credibilidad y una imagen mejorable. Esta situación es culpa, y sólo de ellos, de los dirigentes políticos y mandos responsables de este cuerpo policial en los últimos años. Ellos han utilizado a la policía de Cataluña a su antojo y por interés político, algo no permisible en una democracia; cuando se utiliza políticamente la policía como se ha hecho, es más propio tipo de regímenes.

Por ejemplo, se ha utilizado a los Mossos de forma intencionada para llevar a una incineradora documentos que podían ser claves para la investigación de como se organizó el 1 de Octubre; supuestamente se han espiado a dirigentes políticos no afectos con el «procés» indepedentista; supuestamente se ha investigado o seguido a “mossos” por no ser independentistas; se les ha utilizado para dejar realizar un acto declarado ilegal por la justicia como fue el 1 de octubre etc…

Todo esto, como decía, ha afectado a la imagen de los Mossos; pero hay más consecuencias negativas de la utilización política de la policía por parte del independentismo: desconfianza entre los diferentes cuerpos y fuerzas de seguridad; el TSJC quita el mando de la vigilancia de su sede a los Mossos y lo pasó a la Policía Nacional; o por ejemplo la Fiscalía de Barcelona rompe relaciones con el Instituto de Seguridad Pública de Catalula que es el lugar donde se forman los aspirantes a ingresar en el cuerpo. Es decir: desconfianza absoluta hacia la policía de Cataluña.

Pero hay aún otra consecuencia más y muy grave y negativa; y es la ruptura y división que hay en las bases entre los agentes de policía. Estos años he podido conocer a muchos agentes y mandos intermedios de los Mossos d’Esquadra y puedo asegurar que hay grandes profesionales y que saben que su función es garantizar el respeto de la ley, la seguridad de los ciudadanos y la buena convivencia en nuestras calles.

Pero también hay un grupo de policías que se han podido creer las «bondades» del proceso independentista y su papel equivocado de «garantes» del 1 de octubre. Esta situación ha generado un gran número de conflictos internos entre policías; graves discusiones en comisarías; compañeros de muchos años que ahora no se dirigen la palabra; taquillas con lazos amarillos politizando las dependencias policiales; «mossos» que quieren recuperar el buen nombre del cuerpo y que no se significan políticamente frente a otros que son muy activos en redes sociales respaldando las ilegalidades del «procés»; unos que se creen que son la guardia pretoriana del independentismo y otros que piden a gritos la «pasarela» para irse a otros cuerpos de policía por el acoso que dicen sufrir por parte de algunos mandos etc… En resumen, un cuerpo de policía roto, con sus agentes divididos y con un problema de credibilidad ante una gran parte de la sociedad catalana.

Repito que dentro de las bases y mandos de «mossos» hay un elevadísimo número de grandes profesionales, la gran mayoría; pero hay que hacer una profunda reestructuración de este cuerpo de policía para recuperar la buena imagen ante la opinión pública y a una parte de estos policías, recordarles cuáles son las obligaciones y deberes de un policía y que se pueden resumir en la defensa y respeto de la Ley.

Alberto Villagrasa es experto en seguridad ciudadana y exduiputado del PP en el Parlament

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