El prestigio del Parlament

El lunes se cumple un año de las elecciones al Parlamento de Cataluña. Una jornada electoral segura celebrada en plena pandemia. Los catalanes optaron por dar la victoria al PSC y a Salvador Illa. Cualquier esperanza de cambio real en Cataluña debía esperar, ya que la mayoría parlamentaria independentista acordó, no sin dificultades, mantener su ‘statu quo’ y perpetuar la parálisis política. Más de lo mismo, con más hartazgo y frustración de buena parte de su electorado.

Un año marcado por la ruptura entre socios de investidura, la irrelevancia legislativa y la ausencia de acción del Govern Aragonès. Empezó con una larga negociación de tres meses con crisis internas, para configurar una mayoría que no ha durado ni seis meses. La CUP la dinamitaba sin su apoyo a los presupuestos: la única ley relevante aprobada en un año.

Los socios siguen exponiendo con entusiasmo sus diferencias en grandes proyectos estratégicos para el presente y el futuro de Cataluña, en la eficacia de la mesa de diálogo e incluso se observan de reojo y con desconfianza ante el bochornoso espectáculo ofrecido por la presidenta del Parlament, llegando a suspender la actividad parlamentaria y mintiendo a la cámara sobre la situación del diputado Juvillà. Borràs se ha visto acorralada por sus propias declaraciones y por sus socios de gobierno. Un despropósito que ha degradado aún más la institución.

Mientas siguen a la gresca, ha sido el ganador de las elecciones y líder de la oposición, Salvador Illa, quien ha propuesto una ronda con los grupos para escuchar propuestas y recuperar el prestigio de la cámara catalana, para que no se politice y avance en trasparencia, para renovarla y modernizarla.

Es el mejor favor que podemos hacerle a la institución y a la ciudadanía. La esperanza de un cambio que hace un año debía esperar, ahora parece imponerse.

Raúl Moreno es portavoz adjunto del PSC en el Parlamento de Cataluña