Ramón Pedrós, diez años y una vuelta al mundo con Pujol
Periodista, corresponsal de ABC en los setenta y jefe de prensa de Jordi Pujol, ha fallecido a los 74 años
Ramón Pedrós Martí fue un profesional de la comunicación. Jefe de prensa de Jordi Pujol en una década, no era un simple hooligan de aquella coral laudatoria que fue Convergència Democrática de Catalunya.
Pedrós era un catalanista que conocía España. Licenciado en Filosofía y Letras en Comillas, periodista en la Escuela Oficial, amplió estudios en Bruselas y Bolonia. En 1971 comenzó su andadura profesional en ABC compaginando el periodismo con la docencia en la Complutense y los poemarios 'Dos hachas contra la muerte', 'El río herido' y 'Los cuatro nocturnos y una lenta iluminación cerca de Cherbourg', premio Leopoldo Panero.
Corresponsal en 1976 de este diario en Moscú y delegado de TVE, cuatro años después es destinado por la televisión pública a Nueva York y luego a Bruselas. De retorno a España, en 1986 dirige EFE Cataluña hasta su fichaje, en 1988, por Jordi Pujol.
Lacónico en la expresión, destilaba pausadamente juicios teñidos de ironía. Imperturbable, Pedrós aplicaba el «show, don't tell»: mostrar una situación sin enjuiciarla. Su admiración por Pujol, a quien calificaba de «animal político» y «fenómeno extraordinario», no le impidió describir las corrupciones del gran patriarca nacionalista.
Pedrós alababa de Pujol la institucionalización de la Generalitat, pero alertaba de que esa Cataluña excluía otras formas de catalanidad: «Si no entendemos sus tics autoritarios no podremos entender la respuesta de los partidos que se sintieron excluidos durante veintitrés años». Las operaciones mediáticas de Pujol, constaba Pedrós, fracasaron por haber confundido la comunicación con la propaganda.
Una mirada crítica que se despliega en 'La vuelta al mundo con Jordi Pujol' (2002), 'Jordi Pujol en las Españas' (2003) y 'Jordi Pujol, cara y cruz de una leyenda' (2004). Pedrós rescata anécdotas que ilustran la actitud caciquil del pujolismo. Como un viaje a Japón en 1999. En un encuentro con el primer ministro Obuchi, Pujol pasea la mirada por la comitiva de informadores: «¿Cuál es el nuestro?» El cámara de TV3, abochornado, levanta la mano. «¡Ah eres tú! Oye, hazme salir bien que esta entrevista es muy importante».
Después de la década con el President, Pedrós retornó a su tierra para dirigir 'La Mañana' de Lérida. Entre sus últimas comparecencias públicas, la comisión del Parlament por el caso Pujol. Con el acostumbrado rictus imperturbable y verbo pausado dio a entender que Marta Ferrusola utilizaba la Generalitat y las consejerías para promocionar a sus vástagos. Lo que dijo -y no respaldó con pruebas- ya lo había dicho en sus libros. Ferrusola «se enfurecía cada vez que alguien osaba discutir el derecho de sus hijos a buscar un empleo después de todo lo que su marido y ella habían hecho por Cataluña.»
A Pedrós, profesional de la comunicación, no le hacía falta añadir nada más.