Ramon Espadaler - Tribuna Abierta

Remar todos a una

Los tiempos difíciles actuales reclaman profundizar en la colaboración público-privada

El momento excepcional que vivimos requiere determinación y agilidad en las decisiones y en su aplicación. Superaremos la pandemia si actuamos con rapidez e identificamos los objetivos a abordar que, al menos, son tres: eficacia en contener la movilidad de las personas; proteger a los trabajadores afectados por el paro generalizado de la actividad económica; y preservar, en lo posible, la liquidez de las empresas y autónomos, evitando llevarlos a un incumplimiento de sus obligaciones, flexibilizando la suspensión temporal y extraordinaria de los contratos de trabajo, garantizando los actuales niveles de retribución y evitando su extinción.

Son objetivos que, en nuestra opinión, requieren un Pacto de Estado que, con el liderazgo del Gobierno, debe incorporar a patronales, sindicatos y entidades financieras.

La excepcionalidad de las medidas conlleva su temporalidad. Ahora la prioridad es hacer efectivo el confinamiento domiciliario de la mayoría de personas para allanar la curva de contagio y garantizar la liquidez y el suministro de las actividades económicas esenciales, suspendiendo la del resto de empresas

Será necesario, pues regular la moratoria obligatoria de las obligaciones contractuales derivadas de la actividad o de la suspensión temporal de los contratos de trabajo. Sólo será posible si adaptamos temporalmente mecanismos legales ya existentes, como los relativos al concurso de acreedores, los ERTE, o la Ley de Segunda Oportunidad.

Junto a estas medidas, habrá que garantizar un ingreso mínimo a todas las personas que no reciban una prestación pública por jubilación, desempleo, renta de inserción o similar, que no dispongan de una retribución de la Administración Pública, y que dejen de percibir con regularidad sus ingresos mensuales. Podría ser equivalente a la última base de cotización en cualquiera de los regímenes de la Seguridad Social o, en su defecto, al importe de la renta mensual que estuvieran percibiendo regularmente, con un límite máximo. No podemos dejar a nadie en la cuneta.

Será, pues, imprescindible establecer una contribución extraordinaria del sector financiero, en justa correspondencia con los ingresos transferidos en su día desde el Estado a través del del FROB. Entonces hubo que salvar a las entidades financieras para preservar el funcionamiento de la economía. Ahora hay que salvar a las personas y familias golpeadas por la crisis sanitaria y económica.

Los tiempos difíciles actuales reclaman profundizar en la colaboración público-privada, como mejor forma de optimizar unos recursos escasos, garantizando eficiencia y eficacia.

La magnitud de la crisis exige, asimismo, una respuesta europea conjunta que, desgraciadamente, no hemos visto hasta el momento, así como una actitud corresponsable por parte de todos y cada uno de nosotros. Es tiempo de remar todos a una. Si así lo hacemos, saldremos adelante..

Ramon Espadaler es Secretario General de Units per Avançar

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