Ángel González Abad - Los martes, toros
Próxima parada, Olot
Presentar la solicitud para celebrar una corrida de toros en la plaza de un municipio catalán entra de plano en la normalidad institucional y legal que tiene la Tauromaquia en España
"Llegaremos hasta las últimas consecuencias para devolver los toros a Cataluña" dijo Victorino Martín en Olot. Y estas palabras han sido la única inyección de moral, auténtico oxígeno, que han recibido los aficionados catalanes en muchos años. Y llega en buen momento, con el mejor argumento, que es la ley. Aunque por aquí y ahora, eso de cumplir la legislación vigente es muchas veces cuestión baladí; pero eso es otro tema.
El ganadero Victorino Martín es para el aficionado sinónimo de compromiso por la Fiesta, es la garantía, el respaldo y el apoyo que hasta ahora no había tenido la resistencia taurina catalana, la que ha luchado con valor e ilusión sin límites contra una prohibición que no fue nunca legal.
Victorino, al frente de la Fundación Toro de Lidia, acudió a Olot también con el respaldo de todos esos aficionados que se han sentido huérfanos en su lucha. Es la mejor manera. Y, por eso, presentar la solicitud formal para celebrar una corrida de toros en la plaza de un municipio catalán entra de plano en la normalidad institucional y legal que tiene la Tauromaquia en España, y por ende en Cataluña.
Balañá, con su flamante Monumental, ha demostrado que por mucha ley que tenga de su parte, que hay otras connotaciones de peso por las que le sale a cuenta tener la plaza cerrada. Por eso, la Fundación Toro de Lidia, con esa carga legal, se presentó en el Ayuntamiento de Olot, para formalizar la solicitud. Y que vean en ese consistorio y en esa ciudad, que cuenta con la plaza más antigua de Cataluña y con una honda tradición taurina, que allí había un respaldo social. La Penya Taurina de la Garrotxa, la Federación de Entidades Taurinas de Cataluña, l´Escola Taurina de Catalunya, l´Associació de Criadors de Brau de les Terres de l’Ebre y, además, un torero olotense, Abel Robles, con muchos seguidores que lo quieren ver torear en su plaza.
Olot abre un ilusionante horizonte, que hasta ahora se mostraba sin luz.