Ángel González Abad - Los martes, toros

Del prohibido prohibir...

En todo este tiempo, los toros ha dejado de ser un problema para la clase política catalana, un tema orillado desde los más radicales de la CUP hasta los dirigentes del PP

París, mayo del 68. Un tsunami revolucionario se extendió por el mundo con la libertad como bandera. Prohibido prohibir como santo y seña del sueño de una vida nueva.

Barcelona, mayo del 2016. Un tsunami de libertades cercenadas precisamente por parte de quienes tanto se llenan la boca con aquel movimiento hito del progresismo. ¡Coño con los cachorros de mayo del 68!

Prohibido filmar películas que no les gustan, prohibidos los carteles anunciadores que no les gustan, prohibidas las vallas publicitarias que no les gustan, prohibido vender souvenirs que no les gustan, prohibidos los espectáculos que no les gustan... Y siempre los toros como denominador común. Me da que más que nietos de una revolución, lo que tenemos ahora en esta Cataluña desnortada son los nietos de cualquier dictadura.

Lo que empezó como un cerco nacionalista a la Fiesta ahora se parece a la búsqueda de una tierra prometida para no se sabe muy bien qué ni quién. Miren los toros y miren cualquier sector tanto productivo como creativo. Es lo mismo. Amenazar y prohibir.

Ahora nos encontramos en una nueva encrucijada. El Tribunal Constitucional no puede esperar más a la oportunidad para lanzar la sentencia sobre el recurso contra la prohibición de las corridas de toros, porque seis años de silencio es demasiado tiempo ya por mucho Constitucional que sea quien tenga que hablar. Y uno considera que si en este tiempo tan convulso políticamente no se ha encontrado el momento para hacer público el fallo, es porque aquella decisión votada por la mayoría de los diputados del Parlament en julio de 2010 no debió ser muy acorde a lo que defiende e inspira nuestra Carta Magna, digo yo.

En todo este tiempo, los toros ha dejado de ser un problema para la clase política catalana, un tema orillado desde los más radicales de la CUP hasta los dirigentes del PP. Se sigue prohibiendo todo los que huele a la Fiesta -desde fotografías hasta las figuritas de las tiendas para turistas-, pero la celebración de las corridas de toros lo tienen como caso cerrado. Sin embargo el caso se va a reabrir. Sin duda. Y entonces veremos quien está con la libertad, con aquel prohibido prohibir.

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