Ángel Hernández Guardia - Tribuna abierta

Principios y valores

Esa «transversalidad relativista» en la que todo es negociable, es lo que agrupa a los partidos del «pacto» y a los populismos separatistas o de extrema derecha

Los partidos que están protagonizando el mayor esperpento de la actual democracia en España (PSOE, Podemos-IU y Ciudadanos), con su teatralidad y burla del pueblo español y de las instituciones que le representan, son los culpables de haber colocado a España en esta situación de ingobernabilidad tan perjudicial para todos.

Evidentemente, incluimos en esa responsabilidad a los partidos separatistas (moderados o radicales) que, por definición y oportunismo, carecen de valores y principios y para los que «todo es negociable», desde los derechos humanos y las libertades fundamentales de las personas hasta la dignidad humana, la igualdad y la libertad.

Separamos a los de la supuesta adhesión nacional española de los separatistas, para tratar de explicar dónde está la raíz de su falta de contenidos esenciales y por tanto de su relativismo e incluso nihilismo.

Los de origen marxista (comunistas, socialistas o socialdemócratas) perdieron sus principios con el fracaso de los modelos sociales del socialismo real, se acogieron al discurso post materialista propio de las sociedades desarrolladas y occidentales, con su relativismo y pos modernidad, que mantiene que los puntos de vista no tienen verdad ni validez universal, sino que sólo tienen una validez subjetiva y relativa a los diferentes contextos, o que el lenguaje moldea nuestro pensamiento y que no puede haber ningún pensamiento sin lenguaje. Así que el lenguaje crea literalmente, realidad, y lo utilizan para subvertir valores y principios.

Del mismo modo, lo que Ciudadanos llama transversalidad, es un palabro para configurar una realidad, propia de la principal corriente del relativismo como es el post modernismo. Esa «transversalidad relativista» en la que todo es negociable, es lo que agrupa a los partidos del «pacto» y a los populismos separatistas o de extrema derecha, todos contra una mayoría amplia de la sociedad española partidaria de compartir y defender la existencia de principios y valores, éticos y morales, que son el basamento para todas las acciones. Los principios son lo que no se negocia, lo que siempre está presente y frente a lo cual no se transige.

A eso, la posmodernidad le llama «inmovilismo» cuando es resistencia al retroceso y a suprimir esos principios, «regeneración» cuando se pretende la demolición. Se equivocan en su apreciación: la sociedad española, afortunadamente, aun mantenemos un mínimo de valores que nos han hecho grandes como nación, y que pondremos de manifiesto de nuevo en la segunda vuelta de las elecciones.

Ángel Hernández Guardia preside el Movimiento Cívico 12-O.

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