«Poliuto» renace en el Liceu

La rara ópera de Donizetti no se programaba en Barcelona desde 1975

Sondra Radvanovsky, durante un recital AFP

PABLO MELÉNDEZ-HADDAD

En paralelo a las funciones de «L’elisir d’amore» de Donizetti que se estrenó el domingo, el Liceu recupera en versión de concierto y en dos funciones (10 y 13 de enero) otra ópera del mismo autor, «Poliuto», esta de un carácter completamente diferente, seria y con tintes dramáticos que narra el martirio de los primeros cristianos. La obra, que se estrenó en su versión original después de la muerte del compositor y que no se veía en el Gran Teatre desde que la interpretase en 1975 la legendaria cantante turca Leyla Gencer, contará en esta recuperación con la soprano canadiense Sondra Radvanovsky y con el tenor norteamericano Gregory Kunde a la cabeza de un reparto que también incluye a Gabriele Viviani y a los españoles Rubén Amoretti, Josep Fadó y Alejandro del Cerro, junto a la Simfònica y al Coro del Liceu, todos bajo la dirección de Daniele Callegari.

Este auténtico acontecimiento fue definido en rueda de Prensa por la directora artística del Liceu, Christina Scheppelmann, como «un gran descubrimiento, muy potente e interesante» para los liceístas, mostrando a un Donizetti «avanzado a su tiempo» ya que la obra innova en diferentes aspectos dramáticos y musicales.

La pareja protagonista ya encandiló a público y crítica en otra obra belcantista, aunque de Bellini, «Norma». Para Sondra Radvanovsky se trata de una obra maestra que no se representa muy a menudo porque requiere un reparto capaz de auténticas proezas vocales, incluyendo a un tenor «de proporciones wagnerianas». La cantante, que conoce muy de cerca al Donizetti serio al haber protagonizado su trilogía de reinas Tudor, considera que «Poliuto» es una obra avanzada a su época y que está empapada de cierto carácter espiritual al tratar los orígenes del cristianismo, algo que según ella hoy es necesario: «Tenemos que comenzar a mirar a nuestras propias raíces y ser fieles a nuestras creencias».

Gregory Kunde apuntó que esta ópera rara es distinta a otras del compositor italiano sobre todo por la ausencia de dúos de amor y porque las arias son más bien declamadas y están cargadas de dramatismo. El tenor debutó el título en 2010 en Bérgamo, la ciudad natal de Donizetti, y lo considera como una puerta de entrada a la música que vendría más tarde, «precursora del primer Verdi».

La valoró incluso más difícil que el temible «Otello» verdiano, ya que el personaje que defiende «es el papel más dramático escrito por Donizetti para tenor». También apuntó que le atrae hacer según qué óperas en versión concierto, y este es un buen ejemplo. «Así el público puede concentrarse únicamnete en la música».

«Poliuto» renace en el Liceu

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