Piden acabar con el catálogo independentista en las bibliotecas infantiles
Entidades y partidos constitucionalistas anuncian medidas para acabar con el nuevo frente de adoctrinamiento
«Práctica digna de países totalitarios». Entidades y partidos constitucionalistas consideraron ayer como aberrante la presencia masiva de libros infantiles en las bibliotecas públicas de Cataluña dedicados a propagar el mensahe independedentista, tal y como informó ayer ABC.
Para Fernando Sánchez Costa, presdente de Sociedad Civil Catalana (SCC), «la manipulación ideológica en mapas y libros infantiles en bibliotecas públicas es un hecho que constata la coordinación de las instituciones catalanas para adoctrinar en el odio a España y a lo común».Las voces consultadas constatan que el adoctrinamiento enlas bibliotecas es un paso coherente con el proceso que ya se lleva a cabo en las escuelas.
En palabras de la diputada Anna Grau (Cs) se trata de una «nueva oleada de hispanofobia, mayor que todas las anteriores»: «Esta nueva oleada de odio a lo español al dictado de las instituciones catalanas copadas por el independentismo ya no se conforma ni se detiene con la inmersión lingüística, sino que aspira al control total del pensamiento desde la más tierna infancia hasta la edad adulta, en las escuelas, las bibliotecas, los medios de comunicación y las plataformas digitales, y se propone hasta dictar las políticas de toda la nación, condicionar la política cultural y educativa de toda España». Para Grau, esta nueva ofensiva hispanófoba se beneficia del “silencio culpable” del PSC, mientras los separatistas catalanes mantengan su apoyo en el Congreso a Pedro Sánchez.
Ante la fractura del frente constitucionalista, Ciutadans anunció una batería de iniciativas tanto a nivel catalán como de toda España. En el Parlament, los naranjas pedirán la comparecencia de representantes de la AEB, y en el Congreso, pedirán cuentas de la actividad de la Alta Inspección. En paralelo se intensificará el ya de por sí intenso ritmo de preguntas parlamentarias para obtener información de todos estos abusos, incluidas las subvenciones, a veces encubiertas, a empresas vinculadas a las campañas hispanófobas y a la vez investigadas por los escándalos del 3%. En función de sus respuestas, no se descartan demandas judiciales y querellas. Los consejeros catalanes de Educación y Cultura serán llamados a comparecer. Los naranjas apelan a toda la capacidad de acción política y civil para concienciar a la población de la necesidad de recuperar los consensos y cerrar la brecha civil y cultural en Cataluña.
En la misma línea, para el presidente del PPC, Alejandro Fernández, la mera edición de estos libros es un ejemplos de «prácticas dignas de países totalitarios que deben ser combatidas con la ley en la mano desde el Gobierno español».
Por su parte, desde VOX se recordó que "la consejería de Cultura de la Generalitat, responsable del Sistema Bibliotecario de Cataluña que gestiona 417 bibliotecas, ha asumido descaradamente el objetivo de transmitir al público infantil que la única lengua de los catalanes es el catalán. Esta estrategia totalitaria es una proyección en el ámbito de la cultura del adoctrinamiento lingüístico y nacionalista que se ha impuesto en la escuela desde hace años».
Manuel Acosta, diputado de Vox, recordó que «en 2020 las bibliotecas gestionadas por las Diputaciones de Tarragona, Lleida y Girona, 8 de cada 10 libros se compran en catalán, mientras que los libros adquiridos en castellano no alcanzan el 20% sobre el total. En Barcelona la compra infantil en lengua castellana representa el 25,7% sobre el total. Asimismo, es vergonzoso que la inmensa mayoría de las adquisiciones de libros infantiles tengan un denominador común: la transmisión de relatos falsarios de supuestos agravios de España a Cataluña (policías apaleando a ancianos, Cataluña fuera de los mapas físicos y políticos...)».
«En definitiva, la Generalitat continúa gobernando de espaldas al pueblo de Cataluña , en contra de la realidad sociolingüística de Cataluña: el 52,7% de los catalanes tienen el español como lengua materna. Y encima juega con la inocencia de los niños para inocular adoctrinamiento político», sanjó Acota.
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