Piden 14 años de cárcel para el presidente del gremio de anticuarios de Cataluña por vender obras de arte falsificadas
Una operación de los Mossos y la Guardia Civil se saldó con siete detenidos por integrar un entramado que replicaba y comerciaba con lienzos que atribuían a conocidos artistas
Obras falsas de Picasso, Kandinsky, Miró, Dalí y De Chirico, secuestradas en un museo de Sicilia
Fue la denuncia de un empresario de Barcelona la que inició la operación Valentine. Había adquirido una obra atribuida a Ramón Casas y Carbó por 7.200 euros, pero resultó ser una falsificación . La investigación de los Mossos d'Esquadra y la Guardia Civil descubrió que tras el entramado se encontraban siete personas, entre ellas el presidente del gremio de anticuarios de Cataluña , Carles Xarrió, también encargado de la sala Arce Subastas.
Xarrió, junto a los otros seis acusados de estafa, falsedad de certificados, delitos contra la propiedad intelectual y pertenencia a organización criminal, se sentará en el banquillo de la Audiencia de Barcelona la próxima semana. La Fiscalía les pide penas de 14 años de cárcel, así como una indemnización conjunta y solidaria para los afectados que asciende a 92.200 euros.
Los hechos se remontan a 2016, cuando el empresario formalizó la queja en una comisaría de la Policía catalana. Las pesquisas llevaron a los agentes hasta dos talleres de Madrid donde se falsificaban las obras de arte. Para dar mayor veracidad al engaño, acompañaban los cuadros con certificados de autenticidad, en los que plasmaban sellos originales, que habían sido robados.
Obras que atribuían a artistas del modernismo catalán y valenciano como Isidre Nonell, Eliseu Meyfren, Joaquín Mir o Santiago Rosiñol, y que luego trasladaban hasta Valencia y Barcelona para venderlas. Eran distribuidores afincados en sendas ciudades quienes se encargaban de ello y luego repartían los beneficios entre todos los integrantes de la organización.
Según los investigadores, este habría sido el papel de Xarrió a través de una sala de subastas, ubicada en la calle Santaló de la capital catalana. Allí habría vendido por 1.100 euros un óleo atribuido a Cecilio Pla. Cuando en febrero de 2017, el Juzgado de Instrucción 16 de Barcelona autorizó la entrada y registro en la sala de subastas localizaron otras falsificaciones.
El negocio de las falsificaciones
Entre ellas, dos marinas de Eliseu Meifren, un busto de mujer que atribuyeron a Anglada Camarasa , así como un paisaje de Santiago Rusiñol y otro de Joaquín Mir. Además, en el local los agentes localizaron fotos de las obras falsificadas con notas manuscritas y el DNI de otro de los investigados, Antonio J.C. , también encargado de contactar con potenciales clientes en Barcelona para vender los cuadros.
Los acusados habrían desarrollado su actividad delictiva, al menos, entre 2003 y 2017. Uno de ellos, A.M.S. era el encargado de elaborar las obras pictóricas, y las firmaba con el nombre de artistas reconocidos; mientras que un tercero, Á.J.M., elaboraba los certificados de autenticidad.
Entonces entraban en juego quienes se encargaban de buscar clientes para vender las falsificaciones . Entre estos, F.V., a quien ayudaba su nieto, F.J., encargado de transportar las obras y entregárselas a los compradores. También Xarrió, quien ha declinado manifestarse al respecto.
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