Joan Carles Valero - Letras expectatiivas
Pichichi gastronómico
Messi será el principal reclamo del macroestablecimiento, de más de mil metros cuadrados, que dirigirán en lo gastronómico los hermanos Iglesias
Todo necio confunde valor y precio, decía Machado. Nunca sabremos el precio de Messi hasta que el FC Barcelona lo ponga en venta o el jugador quiera su traspaso. Como parece que no tienen intención de abandonarse, seguiremos sin conocer la cifra que el mercado estaría dispuesto a pagar por el astro blaugrana. Pero para los aficionados culés y los amantes del fútbol en general, el valor del jugador balón de oro es infinito por la cantidad y calidad de satisfacciones que proporciona.
El economista Xavier Sala i Martín, que fue directivo del Barça, considera que el problema del valor de Messi y de los deportistas en general es que los bienes que producen (goles) los consumen millones de personas en todo el mundo y gratis. Todo lo contrario que una cerveza o un café, que son bienes rivales porque nadie más que nosotros mismos los saboreamos. Además, el visionado de los goles de Messi proporciona a millones de personas un placer similar o mayor que una cerveza fría con sed.
El deporte gana al arte. El Museo del FC Barcelona vence por goleada de visitas a los de Picasso, Dalí y Miró. A partir de este verano, cuando los hermanos Leo y Rodrigo Messi abran el restaurante «Bellavista del Jardín del Norte», el número 86 de la calle Enrique Granados de Barcelona se convertirá en lugar de moda y cita obligada para los seguidores del mejor jugador del mundo y los amantes del arte gastronómico.
Messi será el principal reclamo del macroestablecimiento, de más de mil metros cuadrados, que dirigirán en lo gastronómico los hermanos Iglesias, que regentan Rías de Galicia, Espai Kru y Cañota y que son socios de otros hermanos estrellas de la cocina: Ferran y Albert Adrià, compartiendo Tickets, Pakta, Hoja Santa, Bodega 1900 y Niño Viejo. El FC Barcelona ha confiado también a los Iglesias, integrados en Singularis (catering de autor de Serunión España), la gestión del nuevo restaurante de la tribuna del Camp Nou. No será un restaurante cualquiera porque reproducirá un pueblo idílico, con su iglesia, barbería, quiosco, colmado, bar, churrería, cine, futbolines y una plaza con fuente donde buscar el agua para beber y unas vistas al jardín de más de mil metros en el interior de la manzana. Todos tenemos un pueblo y ahora Messi tiene dos: su fortaleza en Gavà, donde también vive el mayor de los Iglesias, y Bellavista del Jardín del Norte. Seguro que se convierte en el pichichi de la gastronomía.