Joan Carles Valero - Letras expectativas

Pedagogía versus ideología

Un buen comienzo para solucionar los problemas de la educación es reducir el peso de la ideología para que sea la pedagogía la motivadora de toda la actuación

Un buen comienzo para solucionar los problemas de la educación es reducir el peso de la ideología para que sea la pedagogía la motivadora de toda la actuación de lo que se conoce como comunidad educativa. Una comunidad que empieza en los padres, principales garantes de la educación de la prole, aunque la tribu haga de las suyas, sobre todo cuando los retoños devienen adolescentes, sin necesidad de que intervenga la carga ideológica cupera. El derecho a la educación es universal en nuestro país, y todos los niños tienen garantizada su escolaridad obligatoria hasta los 16 años con unos costes idénticos, sea el centro público o privado. Aquí no hay diferencias, porque el dinero público de la escolarización va al niño y no difiere del modelo de escuela. Es idéntica cantidad para todos. La libertad de elección de los padres se sostiene precisamente sobre la base de esa garantía de igualdad.

La consellera de Enseñanza de la Generalitat, Meritxell Ruiz, se preguntaba en voz alta el sábado en la COPE ¿qué entendemos por escuelas de élite? ¿Padres con ingresos altos? Porque si es así, el único mecanismo posible de control al acceso a la educación sería pedir a los padres la declaración de la renta antes de matricular a sus hijos en una u otra escuela. La integrante más joven del Govern, de quien depende 1,5 millones de catalanes, lo puede decir más alto pero no más claro en defensa de la concertación: «Las escuelas consideradas elitistas no quitan dinero a nadie, porque reciben el mismo coste por alumno que las públicas, cuando algunos de sus padres pagan más impuestos».

Respecto al fracaso escolar, la consellera cree que está más motivado por los horarios laborales de los padres, que llegan tarde a casa y que no tienen tiempo para estar con sus hijos, jugar con ellos, ayudarles con los deberes y explicarles un cuento. Unos horarios laborales irracionales que perjudica a toda la sociedad, que acaba reclamando a la escuela que supla las horas que los padres no pueden estar en casa con sus hijos, cuando son los pequeños los que resultan más perjudicados. Empezando por dejarles con el «canguro» de la televisión, que emite diabólicos programas en horario infantil en los que hay gente que cobra millones por insultar, gritar y, lo que es más grave, practicar el acoso o «mobbing» contra sus compañeros de plató.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación