Eva Granados - Tribuna Abierta
«Parole parole»
«Se han cumplido 100 días de la toma de posesión de los consejeros. Su gestión es, simplemente, inexistente»
El otoño caliente, convenientemente anunciado por todos los portavoces del independentismo, empieza a tomar forma: en vez del debate plural y el necesario control al gobierno en el Parlament, asistimos a un monólogo del Presidente Torra en el TNC; en lugar de ofrecernos a la un acto de reconciliación después de la ruptura unilateral del pasado otoño, diseñan el acto institucional del 11 de Septiembre como homenaje a los procesados por la justicia por aquellos actos. Siguen queriendo imponer su relato.
Mientras tanto, se han cumplido 100 días de la toma de posesión de los consejeros. Su gestión es, simplemente, inexistente. Eso sí, se han dedicado en cuerpo y alma a mantener vivo el procés, ignorando las necesidades de la sociedad. Mientras, Cataluña, en relación a otras comunidades autónomas, retrocede en todos los indicadores sociales. 100 días ha sido tiempo de sobra para comprobar que lo único que tenemos es un matrimonio de conveniencia entre ERC y lo que sea ahora el PDECat para mantenerse en el poder.
Un matrimonio con desavenencias de mucho calado. Por un lado, el Presidente Torra define la hoja de ruta de su gobierno como «de la restitución a la constitución» y afirma sin pestañear «me niego a aceptar que no tengamos la mayoría social suficiente para la independencia» mientras se le recuerda -¡por parte de una periodista de TV3!- que la mayoría imaginaria no llega al 48%. Por la otra parte, tenemos a Tardà que acierta al afirmar que «si hay algún independentista ingenuo o estúpido que cree que puede imponer la independencia al 50% de catalanes que no lo son, es evidente que está equivocado».
Lo cierto es que no ha habido restitución ya que la mayoría independentista ha evitado desafiar al Constitucional en esta legislatura; que la resolución que se aprobó en julio reafirmado el mandato de 9N fue recurrida inmediatamente por el gobierno socialista al Tribunal constitucional y hoy está suspendida; que los diputados procesados por rebelión no cobran del Parlament desde que el magistrado Llarena acabó la instrucción; y que se retoman con normalidad los organismos bilaterales previstos en el Estatuto de Autonomía. Obras son amores y no buenas razones.