Eva Parera - Tribuna Abierta
Tasas e impuestos inasumibles
Compensar una mala gestión económica anterior no debería ser excusa para subir de forma uniforme y desproporcionada la carga impositiva que soportan los ciudadanos
Nos acercamos al mes de diciembre y, como cada año, se inicia el debate de los presupuestos del Ayuntamiento. El pistoletazo de salida lo ha dado el inicio de los trámites para la aprobación de las nuevas ordenanzas fiscales -es decir, tasas e impuestos- que se debatieron en el pleno del pasado viernes.
El gobierno municipal anunció para el año 2020 un presupuesto expansivo, pero de la lectura de la propuesta de ordenanzas fiscales podemos deducir que lo único que se expandirá, y de forma inmediata, serán los impuestos y tasas que van a tener que pagar los barceloneses, especialmente aquellos que generan actividad económica como son empresas y comercios.
El incremento que se someterá en los próximos días a exposición pública alcanza en su conjunto un 27% que, en algunos casos como en el sector de la restauración, puede llegar al 400%. ¿De verdad creemos que los barceloneses lo pueden asumir?
El gobierno municipal se escuda en un doble argumento. Por un lado que los incrementos propuestos lo están en relación al coste del servicio, y por otro, que estos impuestos han sido congelados durante varios años y que, por tanto, es imperativo actualizar los precios.
Compensar una mala gestión económica anterior no debería ser excusa para subir de forma uniforme y desproporcionada la carga impositiva que soportan los ciudadanos. En la búsqueda de unos “ingresos expansivos” lo único que se va a conseguir es contraer la economía a las puertas de una etapa de recesión económica, obligando a aquellos con más dificultades económicas a destinar un mayor porcentaje de sus rentas a pagar estos impuestos.
El gobierno municipal debería ponerse del lado de los más débiles ayudando a mantener el tejido económico que sostiene la ocupación, y no acudir al bolsillo de las rentas más bajas para paliar malas decisiones económicas previas. La subida de tasas es una medida de efecto inmediato, pero no es la mejor y, sin duda, no es la solución que Barcelona necesita.