Eva Parera - Tribuna Abierta

Un suspenso a nuestros gobernantes

La atención que han prestado nuestros distintos gobiernos a la educación durante el estado de alarma debería ser motivo de indignación colectiva

El 13 de marzo las escuelas cerraron sus puertas. De la noche a la mañana el Gobierno decidió que los colegios eran un riesgo para el efectivo control del virus, y los niños se despidieron pensando en volver a reencontrarse antes de vacaciones. Pero lamentablemente esto no ha sido así.

Paulatinamente, nuestros países vecinos han reabierto sus escuelas, pero en España, la vuelta al colegio ha sido un laberinto sin salida para familias y centros.

La atención que han prestado nuestros distintos gobiernos a la educación durante el estado de alarma debería ser motivo de indignación colectiva. Los niños, junto con nuestra gente mayor, han sido los grandes olvidados. Tan indignante es que se considere un daño colateral la muerte de miles de personas simplemente por su edad, como que se crea que la educación no es un servicio esencial.

Escribo estas líneas muy enfadada con aquellos que tienen responsabilidades de gobierno, y francamente preocupada por el futuro que le espera a nuestro país si nuestra prioridad no es tener unas futuras generaciones mejor preparadas. Escuelas abandonadas a su suerte y cambios normativos en materia de educación tramitados sin luz ni taquígrafos no son una buena carta de presentación para ningún gobierno.

La educación es un derecho fundamental de nuestros hijos, y poner las escuelas a la cola de prioridades del desconfinamiento dice muy poco en favor de nuestros gobernantes. Tratar la apertura de centros con el único criterio de edad de los niños y la conciliación familiar es una barbaridad.

La apertura de bares, restaurantes y comercios sin duda es necesaria para la reactivación económica, pero el mantenimiento simultáneo del cierre de escuelas es incomprensible.

¿Creen que la educación es un servicio esencial, o no? ¿Creen en la necesidad de formar a nuestros hijos? No lo parece. ¿Por qué no invertimos nuestros esfuerzos en hacer posible la apertura de los centros educativos? Por ahora, muchos les ponemos un suspenso a nuestros gobernantes que no entienden qué significa practicar la política útil.

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