Eva Parera - TRIBUNA ABIERTA

A los que dudan, a los que intoxican

No he crecido en las bases de ningún partido, ni he renunciado jamás a mis ideas y mis principios por el simple hecho de tener un carnet de militante

Mucho se ha escrito y opinado sobre mi incorporación en la lista electoral del PPC. Mi pasado catalanista parece una mancha en mi currículum político que me convierte en traidora para ambos bandos -porque de bandos se nutre ahora la política-. Pero muchos parecen olvidar que mi trayectoria es la que me ha convertido en la política que soy ahora.

No he crecido en las bases de ningún partido, ni he renunciado jamás a mis ideas y mis principios por el simple hecho de tener un carnet de militante. Quienes me conocen saben que soy una persona de ideas claras, sin miedo a expresarlas y que aborrece la equidistancia que tanto daño ha hecho en Cataluña. Creo que un cargo público que pide la confianza de los votantes debe mostrarse tal como es, para lo bueno y para lo malo.

Mi escuela política ha sido el catalanismo de Unió, un partido que entendía la defensa de los intereses de Cataluña desde el pacto, la lealtad institucional y compromiso con España, y que jamás se mostró partidario de la independencia, sino del diálogo y el acuerdo que en toda la Europa multipartidista ha traído progreso y que la polarización destruye.

Ese catalanismo fue desangrándose poco a poco a medida que muchos de aquellos que lo representaban (especialmente en Convergència) fueron mutando hacia el radicalismo que hoy gobierna la Generalitat. Creo que fui la primera en afirmar -hace más de un año- que el catalanismo había muerto y que revivir CiU era un grave error.

Muchos son los que han viralizado un vídeo editado de 30 segundos de una intervención de más de 10 minutos que en realidad versaba sobre la banalización del nazismo, pero nadie se ha atrevido a mostrar mi “plante” durante el debate celebrado en el Congreso unos meses más tarde en el que participó una delegación del Parlament exigiendo un referéndum. En su día fue noticiable para muchos medios: ¿Cómo podía ser que una senadora de CiU se atreviese a no apoyar las demandas del “poble català”? Hoy, tratan de esconderlo porque daría la razón a aquellos que -como Manuel Valls o Alejandro Fernández- han confiado en mí como defensora de muchísimos catalanes que en su día votaban masivamente a CiU y hoy no tienen opción política que les represente.

A los que dudan y a los que intoxican, les digo sin matices que no soy nacionalista ni independentista (jamás lo he sido), que no defiendo un referéndum de independencia (bastante fracturada está ya nuestra sociedad), y que no abogo por la amnistía ni el indulto para unos políticos que, aún hoy, siguen reafirmándose en su objetivo antidemocrático.

A mis ex compañeros de CiU les digo, también sin matices, que ellos son los únicos responsables de haber puesto la gobernabilidad de Cataluña en manos de los antisistema de la CUP, y que mientras no reconozcan la inmoralidad de aquello que defendían y se limiten a ser críticos con los medios utilizados, jamás será creíble su “vuelta” a la moderación.

Y al Partido Socialista, recordarle lo peligroso que es sustentar cualquier gobierno democrático sobre los hombros de aquellos que quieren destruirlo desde las propias instituciones. Pactar con el diablo tiene un precio, y renunciar a tus principios un alto coste, sobre todo para los ciudadanos a los que decimos defender. Que el gran paso que dimos con Manuel Valls en el Ayuntamiento de Barcelona impidiendo un gobierno independentista no caiga en saco roto.

Eva Parera Escrichs es secretaria general de Barcelona pel Canvi y número tres de la lista electoral del PPC.

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