Miquel Porta Perales - El oasis catalán

Parálisis

¿Quizá la CUP se divierte coqueteando con Artur Mas para evidenciar su debilidad?

La CUP dice «no» a la investidura de Artur Mas. ¿Una respuesta definitiva? No puede asegurarse. Hablemos de la CUP. Por un lado, hay que tener en cuenta que una tercera parte de los asistentes al debate de Manresa dieron el visto bueno a la investidura de Artur Mas. A ello, añadamos que la decisión final se tomará en una asamblea que tendrá lugar en diciembre. ¿Se fracturará la CUP por las convicciones internas de algunos o las presiones externas de muchos? ¿Existe la disidencia en la CUP y se atreverá a manifestarse? Por otro lado -a favor de la no investidura-, juega la palabra empeñada -¿cómo justificarían el cambio de opinión?- y el hecho de que la CUP no teme unas generales en que no compite y unas autonómicas en que podría seguir recolectando votos. Finalmente, ¿aceptará Artur Mas -cuestión de amor propio y dignidad institucional- una presidencia devaluada a cambio de la investidura?

De la CUP a Junts pel Sí. ¿Rectificará Artur Mas en beneficio del «proceso»? ¿Surgirán en Convergència críticos que pidan que Artur Mas se aparte en favor de otro candidato para salvar el «proceso»? ¿Tiene Convergència algún candidato con la suficiente entidad para sustituir a un Artur Mas que -políticamente amortizado- todavía arrastra votantes? Si Democràcia i Llibertat -la marca blanca de Convergència en las generales- sufre un varapalo el 20-D, ¿renunciará Artur Mas a la investidura para evitar el mal mayor de otro varapalo en unas autonómicas avanzadas que podrían implicar el descalabro definitivo del propio Artur Mas y su partido antes de la refundación en marcha? Si la CUP sigue con el «no», ¿podría buscar Junts pel Sí alguna alternativa aunque implicara ralentizar el «proceso»? ¿Quizá la CUP se divierte coqueteando con Artur Mas para evidenciar su debilidad? Junts pel Sí y la CUP, ¿temen ser los primeros en romper la negociación? Incógnitas con el telón de fondo de una Convergència y una CUP (¿ERC?) que compiten por la hegemonía nacionalista. Mientras tanto, Cataluña paralizada.

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