Joan Carles Valero - Letras expectativas

País de «rookies»

La apuesta de Cataluña por el saneamiento de sus aguas arranca de lejos. Una tradición sobre la que «rookies» de la política nacional pueden impulsar proyectos pioneros que acerquen el medioambiente a la gente

Estimar, el restaurante del ex Bulli Rafa Zafra, ha ganado el título de Rookie 2016 en la primera edición de los premios Macarfi a la nueva hornada de locales de restauración abiertos en los últimos doce meses. La guía del mismo nombre, que en octubre presentará su edición de 2017, entregó el galardón en la playa del Club Natación de Barcelona durante una fiesta a la que acudieron los mejores paladares de la ciudad, invitados por Manuel Carreras, fundador de la guía y presidente de honor de la Asociación Sport Cultura Barcelona.

«Rookie» es una palabra muy utilizada en las grandes ligas estadounidenses para referirse a los deportistas novatos que están en su primer año como profesionales. En finanzas, se estrena Jordi Gual como nuevo presidente de CaixaBank en sustitución de Isidre Fainé, mientras en política acaban de debutar los rookies de la dirección del Partit Demòcrata Català. Los dirigentes del PDC que han heredado Convergència tienen un marcado perfil municipalista con varios alcaldes a su frente, como el de Igualada, Marc Castells, responsable del área de Proyectos del partido.

El primer gran proyecto que ha presentado Castells en su calidad de vicepresidente de la Diputación de Barcelona, consiste en convertir el Llobregat y sus afluentes Anoia y Cardener en las primeras Vies Blaves del sur de Europa. Unos caminos de ribera de 306 kilómetros de longitud, ideales para paseantes, ciclistas y jinetes. El departamento de Territorio y Sostenibilidad inició el martes los trámites de redacción del plan director urbanístico para hacer posible este magno proyecto, ya existente en el tramo de Martorell a El Prat, con tanto éxito de usuarios que los fines de semana parece la Rambla de la naturaleza.

Castells subraya el carácter mancomunitario de este proyecto que recuperará las riberas de tres ríos catalanes a su paso por 65 municipios, convirtiéndolas en infraestructuras naturales, con el sano objetivo de que las actuales generaciones y las futuras las gocen como lo hicieron nuestros abuelos. Además, supondrá un nuevo atractivo de turismo activo para los visitantes de Barcelona y un motor de promoción económica sostenible de las comarcas del interior. Porque estos ríos ya no son cloacas a cielo abierto. La industria y la minería hace tiempo que no vierten en sus aguas, hasta el punto de que en el Anoia se ha vuelto a ver nutrias y en el delta del Llobregat prolifera la flora y fauna como hacía décadas no ocurría. La apuesta de Cataluña por el saneamiento de sus aguas arranca de lejos y contabiliza ya 500 depuradoras en funcionamiento. Una tradición sobre la que «rookies» de la política nacional pueden impulsar proyectos pioneros que acerquen el medioambiente a la gente.

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