Óscar Ramírez - Tribuna abierta
La purga
«El independentismo violento ha marcado la agenda, gracias a la irresponsable actitud de algunos dirigentes políticos»
Un partido totalitario en EE.UU. decide llevar a cabo un experimento en Staten Island donde, durante doce horas, los ciudadanos podrán cometer cualquier crimen y liberar sus inhibiciones de la forma que elijan. Algunos sabrán que les hablo de la película de ficción La purga, un guion que bien podría adaptarse a lo sucedido en las calles de Barcelona la semana pasada, tras conocerse la sentencia del procés, cuando el independentismo violento tomó las calles de una forma nunca vista.
Los barceloneses vivimos un toque de queda fáctico en varios puntos de la ciudad, especialmente en el centro. Muchas calles se han convertido en peligrosas barricadas de fuego, que han dejado una factura por desperfectos de varios millones de euros. Contenedores, motos, bicis, coches, semáforos y todo tipo de mobiliario urbano han sido pasto de las llamas de los violentos. Hasta tal punto que la vista panorámica de Barcelona envuelta en llamas por columnas de humo recordaba aquella Semana Trágica de 1909.
El independentismo violento ha marcado la agenda, gracias a la irresponsable actitud de algunos dirigentes políticos. El president Torra alentando a los CDR: «Apretad, no dejéis de apretar». Mientras la alcaldesa Colau se sumaba con un mensaje de desprecio a las fuerzas de seguridad: «La brutalidad policial es la principal gasolina del conflicto que se vive en las calles de Barcelona».
Los manifestantes convocados por Tsunami Democràtic realizaron una ocupación del aeropuerto del Prat que supuso la anulación de 108 vuelos, convirtiendo los accesos en un caos, un intento de copiar las protestas en el aeropuerto de Hong Kong. Un hecho peligroso e irresponsable por parte de los convocantes, que ocasionó momentos de tensión entre los manifestantes y los Mossos d’Esquadra.
El PP pedirá en el pleno municipal del viernes, que el gobierno de Colau con PSC condene con contundencia a aquellos que han sometido la ciudad a un boicot y un chantaje permanente, además de una violencia extrema no justificable. Por otro lado, instaremos a reclamar a Òmnium Cultural, ANC, Tsunami Democràtic y al president los costes de los desperfectos, así como otros daños y perjuicios ocasionados, como responsables intelectuales.