De la «operación diálogo» a la «operación cemento»

El Gobierno trabaja para conseguir que Barcelona albergue la próxima reunión de la ICANN

Imagenes de las obras de la Sagrera, ya en marcha tras tres años paradas INÉS BAUCELLS

Tras la operación diálogo, operación cemento. Así podría resumirse la ofensiva que, sobre todo en materia de infraestructuras, está lanzando el Gobierno en Cataluña. Si la llamada operación diálogo pretendió, sin éxito, un acercamiento al campo soberanista cuando aún se creía que era posible evitar el choque institucional, la nueva estrategia del Ejecutivo pasa por demostrar, con hechos y proyectos, que el Estado está muy presente en Cataluña. La consigna que se ha dado es clara. «Presencia constante de ministros en Cataluña y proyectos sobre la mesa», reconocen a ABC fuentes del Gobierno , que adelantan que en los próximos meses esto va a incrementarse, con el viento a favor, se reconoce, de la mayor alegría presupuestaria producto de la salida de la crisis.

Hace casi un año, en uno de sus últimos grandes actos en Cataluña, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, anunció 4.200 millones de inversiones en transportes, infraestructuras y viviendas para los próximos años. Fue la culminación del intento de acercamiento del Ejecutivo a una comunidad tensionada pero que aún no se había asomado al precipicio de las graves jornadas de otoño. Ahora, con el 155 en marcha y sin que haya podido arrancar la legislatura catalana, el Gobierno se dispone a materializar parte de las promesas. Algo así como la diplomacia de las obras.

La recuperación de la economía, cierto es, ha jugado a favor de la inyección de millones. Según datos oficiales, el Ministerio de Fomento invirtió en 2017 en la comunidad un total de 793,45 millones de euros, un 29,2% más que el año pasado. Se licitaron inversiones por valor de 336,8 millones -cifra similar a 2016- y se adjudicaron 225,31 millones. El dispendio acarreó avances en la lanzadera entre Barcelona y el aeropuerto de El Prat, el Corredor Mediterráneo o un nuevo plan de Cercanías, por ejemplo.

Consciente de que este trabajo constante y continuo está siendo poco visible, el Gobierno ha querido arrancar el año reforzando su presencia y actividad en Cataluña. Lo confirman fuentes gubernamentales a ABC y lo corrobora el listado de compromisos adquiridos en el último mes con las infraestructuras catalanas.

Ejemplo de ello son la reanudación de las obras de la futura estación de AVE de la Sagrera, el encargo de los estudios para ampliar la Ronda Litoral o el soterramiento de las vías ferroviarias en Montcada i Reixach y Sant Feliu de Llobregat. En el horizonte, también, el soterramiento en Hospitalet de Llobregat, con un coste estimado de más de 300 millones.

De menor envergadura pero no por eso menos importantes , llegan inversiones para la mejora de la N-230 en Sopeira (Lérida) o la restauración del claustro gótico del monasterio de Santes Creus o de la iglesia de la Cartuja de Escaladei (ambas joyas del patrimonio ubicadas en Tarragona).

También hace escasos días, en este caso tras un trágico accidente en la N-340 con tres víctimas mortales, el Gobierno se comprometió a hacer efectivo el desvío de los camiones en esta carretera a su paso por la provincia de Tarragona. Aunque más tarde de lo previsto, el Gobierno se ha puesto las pilas para reactivar esta demanda.

Sobre el terreno

En esta misma línea se ha notado la mayor presencia de los ministros en Cataluña, empezando por el de Fomento, Íñigo de la Serna, en tanto que responsable de todas las infraestructuras catalanas tras la aplicación del artículo 155 de la Constitución. Mantuvo en enero encuentros con responsables de carreteras, aeropuertos y servicios ferroviarios catalanes para conocer su estado. Así, estuvo al lado de los dirigentes del Puerto de Barcelona, el tercero más importante tras el de Algeciras y Valencia, en la presentación de sus últimos resultados. Esta misma semana, en Barcelona se vio con el secretario de Infraestructuras y Movilidad de la Generalitat, Ricard Font, y también presidió una reunión del gabinete de crisis por los efectos del temporal de nieve.

También hace una semana, Fomento se reunió con el Consejo Asesor de Infraestucturas de Cataluña y escuchó su informe sobre la financiación de las vías de alta capacidad, algo que se ha comprometido a estudiar. Por si esto fuera poco, el Gobierno escogió Barcelona para presentar el nuevo sistema de alta velocidad EVA.

La maquinaria de Fomento en Cataluña, de momento, va a seguir a todo gas. Hoy, el ministro De la Serna volverá a desembarcar en la capital catalana para presentar un plan director con vistas hasta 2026 para el aeropuerto de El Prat .

Además, la semana pasada el Gobierno hizo público que está trabajando para fomentar que la 63 conferencia de la Corporación para la Asignación de Nombres y Números en Internet (ICANN) se celebre el próximo octubre en Barcelona. La reunión, de carácter gubernamental y de alto nivel, puede ser una nueva oportunidad para que Barcelona se reafirme como «hub» tecnológico del sur de Europa y deje de lado los fantasmas que le acompañan en los últimos tiempos por la caída de su prestigio a raíz del conflicto independentista.

De la «operación diálogo» a la «operación cemento»

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