Alberto Fernández - Tribuna Abierta
El multifracaso de Colau
Los de Colau se han estrellado contra la realidad de gobernar una ciudad en minoría, con sus retos, dificultades y exigencias
Cuando queda poco menos de un mes para cumplirse el tercer año de mandato de Colau en Barcelona, la alcaldesa puede constatar lo difícil que es gobernar contra todos y en minoría. Una buena muestra de ello fue el Pleno del 10 de abril, recordado como el pleno de la derrota. Ese día, Colau vio como sus grandes símbolos de mandato –la unión del tranvía por la Diagonal y la multiconsulta– se desvanecían al no tener apoyos suficientes. A todo esto, se debe sumar que a principios de año la alcaldesa ya tuvo que pasar otro delicado momento al enfrentarse a una cuestión de confianza para aprobar los presupuestos de 2018.
Los de Colau se han estrellado contra la realidad de gobernar una ciudad en minoría, con sus retos, dificultades y exigencias. La alcaldesa quería gastarse 3 millones de euros en la multiconsulta, cuando podríamos destinar ese dinero a políticas sociales, a favor de la inclusión social y para aquellas personas que más lo necesitan. La multiconsulta ya empezó con dudas legales sobre la hipotética cesión de datos personales del padrón, especialmente los que afectan a menores de edad, una cuestión sobre la que Fiscalía está investigando. Lo que no tiene sentido es hacer una multiconsulta en la que solo se pregunta por aquello que le interesa a Colau y sus afines y no por aquello que les interesa a los barceloneses como el despliegue del carril bici o la inversión millonaria del tranvía. ¿Qué sentido tiene gastarse 3,6 millones de euros para consultar sobre el cambio de nombre de la plaza Antonio López, cuando Colau ya ha retirado la estatua?
Las mismas contradicciones suceden con el tranvía. Colau considera prioritaria una infraestructura con un coste de 158 millones de euros que le corresponde financiar a la Generalitat. Sería más lógico finalizar las obras de la L9 de metro, evaluar el impacto en la movilidad de los barceloneses y realizar actuaciones más económicas como ampliar la red de bus eléctrico y, a partir de aquí, hacer un planteamiento final sobre el tranvía. Además, la alcaldesa no puede menospreciar la consulta que ya se hizo en 2010, en la que el 80% de los barceloneses dijeron «NO» al tranvía por el centro de la Diagonal.
A todos estos despropósitos tenemos que sumar la problemática de los «narcopisos» y la venta de droga en las calles, el aumento de los hurtos y la inseguridad, las «okupaciones» ilegales, la dejadez con el top manta y las acampadas en Plaza Catalunya. Mientras Colau para «tapar» su mala gestión y «multifracasos» se dedica a cambiar nombres de calles como Almirante Cervera. Por cierto, para Colau un «facha», pese a fallecer antes del fascismo, en 1909, un hecho que demuestra la gesticulación y desesperación de la alcaldesa.