Los Mossos investigan la muerte de Assad, el sintecho que malvivía en un cajero de Horta (Barcelona)

El cadáver del hombre ha aparecido con signos de violencia, y sus vecinos recuerdan que nunca había protagonizado ningún altercado

Una mujer deposita una rosa en el cajero donde dormía Assad / E.B.

Elena Burés

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Assad no llegaba a los 40 años, aunque haber pasado una década a la intemperie había deteriorado su aspecto. Su cadáver apareció esta mañana con signos de violencia en el cajero de la calle Horta de Barcelona, donde malvivía. Siempre con un cartón de vino, y cascos puestos para escuchar música, por lo que no dejaba de bailar. «Nunca había dado ningún problema», explican a ABC muchos vecinos del barrio.

Ahora los Mossos d'Esquadra investigan las causas de su muerte, a la espera de que los resultados de la autopsia determinen si se debió a una agresión. Los vecinos se enteraron por la mañana, cuando vieron el despliegue policial y el cordón que les impedía acercarse al lugar. Llevaba años asentado en este barrio de la capital catalana. «Nunca se metía con nadie. La última noche que lo vi estaba tapado con una manta, y me dejó entrar para sacar dinero», cuenta Pau Álvarez, ante la puerta de la sucursal bancaria.

A su lado, Julia, ya jubilada, corrobora el relato del joven. «No daba ningún problema. Estaba siempre con su cartón de vino y bailando con los cascos puestos». Sobre ese mismo cartón han dejado velas y rosas rojas. Una de ellas, la ha depositado Gloria, casi llorando. «Lo veía siempre al pasar por aquí, siempre cantando», explica.

Los residentes en Horta se arremolinan con incredulidad, y el comentario se repite: «Siempre bebiendo, bailando y con los cascos puestos», pero ni un solo altercado en todos estos años. «Es una pena, vivir en la calle es sinónimo de muerte anunciada, pero no deja de ser un ser humano...», musita Mónica, al frente de una tienda de ropa cercana al cajero, en cuya pared puede leerse: « Hasta siempre, Assad. Descansa vecino ».

«Estar en la calle significa correr ese riesgo. Se producen peleas y agresiones. Algo que bajo techo no ocurriría», lamenta Ferran Busquets, presidente de Arrels . Una entidad que atiende a personas sin hogar en Barcelona, el 46 por ciento de las cuales afirma haber sido víctima de algún tipo de violencia, ya sea física o verbal, mientras dormían al raso.

En lo que va de año, diez sintecho han muerto en Barcelona . Significa una muerte cada nueve días. De ellos, cinco estaban en la calle.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación