Los Mossos claman por un protocolo de detección tras el último suicidio de un agente
Un sargento se quitó la vida con su arma reglamentaria en las duchas de la comisaría de Sarrià-Sant Gervasi (Barcelona)
«Me pagan para evitar que se suiciden policías»
Comisaría de los Mossos d'Esquadra en Sarrià-Sant Gervasi (Barcelona) este lunes. Un sargento del Cuerpo se suicida en las duchas , utilizando su arma reglamentaria. Según ha podido saber ABC, menos de 24 horas después, otro agente de Manresa -del mismo rango- ha intentado quitarse la vida. En este caso, se ha quedado en una tentativa pero, como advierten los sindicatos policiales, no se trata de un suceso aislado y por ello claman por la implementación de un protocolo de emergencia y detección.
Desde USPAC , su portavoz Albert Palacio lamenta que el grupo de trabajo con este fin se reunió por última vez en 2013. Sí existe un teléfono disponible 24 horas, para que los agentes puedan pedir ayuda -emergencias psicológicas en caso de muerte o autolesiones-, y también cuentan con el gabinete psicológico de la Consejería de Interior , pero son herramientas que los propios efectivos rechazan. «Es muy delicado comunicar que no estás bien, el estigma sigue presente, por eso es necesario que sea un servicio externo el que preste la atención y que no sea la propia empresa para la que trabajas», subraya.
En la penúltima reunión del comité de seguridad y salud laboral, el pasado diciembre, las organizaciones de agentes plantearon abordar la visibilidad del suicidio como vía para la prevención; así como incluir a los agentes en el grupo profesional de riesgo, por el tipo de trabajo que desempeñan. «En nuestro día a día tenemos que soportar una carga psicosocial y emocional que en otros ámbitos laborales no se da», recuerdan los efectivos. Eso sin mencionar su acceso a las armas.
Es cierto que, ante determinadas catástrofes, como ocurrió tras los atentados de Barcelona y Cambrils, el Cuerpo vela por la estabilidad emocional de sus integrantes, pero, recuerdan los sindicatos, solo durante «dos o tres sesiones», sin seguimiento posterior. Fue el caso de los mossos que abatieron a los terroristas del 17-A , y cuya atención -e incluso su asistencia legal- cubrió la organización a la que están afiliados, USPAC.
Los agentes lamentan que falta formación y trabajo previo para detectar situaciones de riesgo, como una pérdida familiar, una separación traumática, o una actuación policial compleja.
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