Montserrat Torrent inaugura el órgano de San Felipe Neri: «Llevaba toda una vida esperando este instante»

La veterana organista, Premio Nacional de Música de este año, ofreció el recital inaugural con obras de Bach y Correa de Arauxo

El órgano, cuyo origen se remonta a 1967, se financia con una campaña de micromecenazgo

Torrent, el viernes en San Felipe Neri Antoni Bofill

Pep Gorgori

A finales de los años 50, la organista Montserrat Torrent y el organero Gabriel Blancafort recorrieron Europa para conocer mejor al rey de los instrumentos. En aquella época, España aún no se había repuesto de los destrozos de la guerra civil. En la contienda, además de tantas vidas humanas, se habían perdido también innumerables órganos. Algunos eran obra de los grandes constructores europeos. Muchos otros eran el último testimonio del esplendor del órgano ibérico en el Renacimiento y el Barroco. Torrent y Blancafort, entre otros especialistas, pusieron su empeño en recuperar la tradición organística para volver a escuchar a los grandes maestros españoles en todo su esplendor, y para poder interpretar también las obras del gran repertorio centroeuropeo en España.

Aquellos viajes dieron numerosos frutos, pero uno de ellos ha tardado casi seis décadas en madurar: el órgano de la iglesia de San Felipe Neri de Barcelona, que desde su concepción en 1967 se pensó como un instrumento idóneo para escuchar obras del Barroco internacional, con Bach, por supuesto, al frente. Ayer fue inaugurado -aunque no está terminado aún- con toda la solemnidad. Torrent, a sus 95 años, ofreció el recital inaugural con obras de Bach y Correa de Arauxo. Gabriel Blancafort murió en 2001, pero ha sido su propio hijo, Albert, el que ha culminado la primera fase de aquel proyecto. El arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, ofició la bendición del instrumento, que llevará el nombre de la veterana intérprete.

«Es un sueño hecho realidad», aseguró Torrent en declaraciones a ABC. La veterana organista empezó a ofrecer recitales en San Felipe Neri en los años 60, cuando había un pequeño órgano bastante estropeado. Impulsó la Asociación de Amigos del Órgano para cambiarlo por uno nuevo, y ya en 1964 escribió una carta a los responsables del templo, en la que les agradecía su buena disposición a acoger conciertos, pero lamentaba el mal estado del instrumento. Aquella misiva decía así, según recoge la propia intérprete en sus memorias: «No está bien conformarse. Es un mal demasiado cómodo este conformismo a un nivel gris en cualquier aspecto cultural».

No es de extrañar, pues, que a Torrent la inauguración del órgano, aún inacabado, le genere al mismo tiempo «una gran ilusión por ver que después de casi sesenta años el proyecto por fin tiene visos de hacerse realidad» y una cierta «frustración», ya que «faltan donaciones para que el instrumento esté completo». En efecto, de los cincuenta registros que incluirá, solamente están funcionando siete. Se espera, con todo, que el resto puedan estar instalados en menos de un año.

Sea como sea, 2021 ha resultado un año especial en la vida de la nonagenaria organista. A la publicación de sus memorias hay que añadir otro proyecto vital: ha culminado la grabación de la integral de la obra de Francisco Correa de Arauxo. Además, ha recibido, por fin, el Premio Nacional de Música. Volver a dar un concierto en el órgano de San Felipe Neri, aunque no esté del todo acabado, fue un momento que no olvidará: «Llevaba toda una vida esperando este instante».

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