Trilema

El pacto PSOE/ERC que finalmente ha permitido la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno admite diversas interpretaciones que resultan contradictorias. Particularmente, estoy instalado en un trilema y no sé qué opción elegir. Vayamos por partes. Una primera interpretación es la de la tregua según la cual el PSOE y ERC necesitan un alto el fuego político: los socialistas, para evitar otra repetición electoral que les castigaría severamente en las urnas; los republicanos, para brindar la imagen del «rompehielos» (Pere Aragonès) que, sin pausa pero sin prisa, va construyendo una alternativa independentista con posibilidades de éxito lejos del trilerismo político de JpC y el dúo formado por Carles Puigdemont y Joaquim Torra. Una segunda interpretación es la del punto de inflexión que permite al PSOE optar por la estrategia de la moderación frente al independentismo al tiempo que ERC, en justa reciprocidad, apostaría -al menos, de momento- por la vía autonómica con la intención de ir acumulando fuerzas. La tercera interpretación es la de la impostura que sostiene que el PSOE y ERC estarían escenificando un pacto en el que ni uno ni otro cree. En definitiva, la política como el arte de la representación -la falsedad, el fingimiento, la apariencia, el engaño o la estafa- en beneficio propio ya sea a corto, a medio o a largo plazo.

De cada una de las tres opciones interpretativas antes citadas puede predicarse el siguiente complemento: lo que el PSOE y ERC buscan con el pacto firmado -más allá de la tregua o la inflexión o la impostura- es el fracaso del mismo. En otros términos, el PSOE y ERC buscan el fiasco para reforzar el relato de la imposibilidad de un acuerdo con un adversario del cual nadie se puede fiar. A fin de cuentas, una manera de volver a la unilateralidad de uno y/u otro. Más: una manera de justificar dicha unilateralidad -de uno y otro- con todas las consecuencias que de la misma puedan derivarse. Quizá se esté acercando otro choque de trenes.