Miquel Porta Perales - EL OASIS CATALÁN

Susto

No ha pasado nada. Y Junts ha vuelto a la práctica de siempre que no es otra que la patada en el tobillo y no te quejes que puede ser peor

Manifestación en el consulado italiano por la detención del ex presidente de la Generalitat Pep Dalmau

Miquel Porta Perales

Pere Aragonès ya se ha recuperado del susto que podría haber supuesto la detención y devolución -nada menos que en Alguer, uno de los puntos cardinales de los llamados Países Catalanes- a España de ese prófugo de la Justicia que es Carles Puigdemont. En principio, la detención proporcionaba un plus de fuerza a un Junts que podría utilizarla para presionar todavía más a Aragonès y a ERC en tanto y en cuanto eran cómplices -la mesa de diálogo o negociación con el PSOE- de semejante represión del Estado contra Cataluña y el pueblo catalán. Una represión que favorecía el discurso del fundamentalismo y victimismo independentista al tiempo que invitaba a la acción directa del batallón de Urquinaona. No ha sido así. No ha pasado nada. Y Junts ha vuelto a la práctica de siempre que no es otra que la patada en el tobillo y no te quejes que puede ser peor.

La batalla de San Quintín entre ERC y Junts no ha tenido lugar -de momento- por varias razones. Por ejemplo: porque Puigdemont no ha demostrado tener la relevancia suficiente para dirigir, orientar o condicionar la acción política de ERC; porque Aragonès no hace otra cosa que hablar una y otra vez de la amnistía y la autodeterminación para contentar a Junts y la CUP; porque Junts se contenta -aparentemente- con la retórica de Aragonès al no tener ninguna propuesta razonable y viable; porque las amenazas verbales de Junts y la CUP nunca se cumplen habida cuenta de la debilidad política de unos y otros; porque Junts es consciente de que, en un caso de extrema urgencia republicana, ERC podría llegar a algún tipo de acuerdo con el PSC y los comunes. Al respecto de lo que se acaba de decir, conviene recalcar que el programa económico y social enunciado por Aragonès en el debate de política general en el Parlament es, por un lado, un bofetón a Junts y la CUP y, por otro lado, un guiño al PSC y los comunes por lo que pueda pasar de ahora en adelante.

¿Aires de tripartito en Cataluña si pintan bastos?

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