Miquel Porta Perales - EL OASIS CATALÁN

Pataleta

¿Qué interesa realmente a los sindicatos? El calendario. Traduzco: preservar a machamartillo la última o primera semana de vacaciones. O eso o a la huelga.

Alumnos de primaria durante una clase, en una imagen de archivo Manuel Gómez

Miquel Porta Perales

Las relaciones entre la Generalitat de Cataluña y los sindicatos de la enseñanza han sido siempre –excepción: el período en que Ernest Maragall estuvo al mando del departamento de Educación– fluidas. El secreto: la Generalitat cede por sistema a la exigencia sindical. Hábito que puede romperse ahora, porque el consejero del ramo no parece dispuesto a aceptar la exigencia sindical: el curso 2022-2023 no puede empezar –como señala el departamento– el 5 de septiembre. Afirman los sindicatos que la preparación del curso exige una semana –¿solo una?– de preparación. Problema: empezar el 5 de septiembre supone incorporarse al trabajo el 28 de agosto o empezar las vacaciones el 4 de julio. ¡Menudo sacrificio cuando se disfruta de dos meses de vacaciones! ¡Menudo sacrificio después de un par de años de pandemia que ha desacelerado el aprendizaje de los alumnos! Los sindicatos son incapaces de recuperar una semana del tiempo perdido por culpa de la pandemia. Da igual que el calendario del departamento contemple dos festivos más de los inhábiles extras ya existentes y que durante septiembre solo se trabaje por las mañanas.

Los sindicatos hablan del presupuesto, de la ratio, de actualizar el currículum, de la conciliación familiar –lean, no trabajar por la tarde– y de los interinos. A lo que hay que añadir las diatribas contra los privilegios –supuestos– de la enseñanza concertada, privada y diferenciada que sí empezará el 5 de septiembre. Como en la mayoría de Comunidades Autónomas. ¿Qué interesa realmente a los sindicatos? El calendario. Traduzco: preservar a machamartillo la última o primera semana de vacaciones. O eso o a la huelga. La pataleta del sindicalismo mimado. Un ejemplo del corporativismo indolente del sindicalismo que, todos a una, se pone de acuerdo para mantener los días en rojo –Cataluña o la región europea con más vacaciones estivales– del calendario escolar. Sigue la confusión entre las vacaciones laborales y las educativas. ¿Por qué el sindicato ha de imponer el calendario?

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