Miquel Porta Perales - El oasis catalán

Nada

La novedad de la temporada de la primavera republicana: Pere Aragonès apela a la «Cataluña entera». ¿De qué habla? ¿Quizá reconoce que el independentismo ha fragmentado a la sociedad catalana?

Aragonès, durante su conferencia del pasado lunes en el MNAC Pep Dalmau

Miquel Porta Perales

ERC no está contenta ni con Junts ni con la CUP. Tampoco, con el PSC y los comunes. ERC necesita hacer cosas tangibles para ser creíble y recuperar el prestigio y esperanzas que había tenido o generado en sectores independentistas. Más: ERC necesita hechos y argumentos -no únicamente palabras- para justificar el poder que detenta y no perderlo en un par de años, antes de las elecciones municipales de 2023. ¿Qué hacer en semejante coyuntura? ERC puede reivindicar, por enésima vez -la insoportable pesadez del independentismo desahuciado-, la amnistía y la autodeterminación. Un pour parler que no conduce a ninguna parte y molesta al sector más integrista del integrismo nacionalista que asegura que el referéndum de autodeterminación ya tuvo lugar el 1-0 y no hay que repetirlo.

Así las cosas, descartada -por razones obvias- la ruptura con el PSOE y la desobediencia, Pere Aragonès, solemnemente, imparte doctrina en el marco incomparable del Museu Nacional d´Art de Catalunya. Desde el atril, delante de una pantalla en donde podían leerse palabras como «nación», «avanzamos», «orgullo», «independencia» o «libertad», el president habla de «recoser» la unidad independentista, de «unidad de acción», de «grandes consensos que nos definen como país» o de la necesidad de «activar todos los mecanismos de presión para desbloquear la negociación» con el Estado. Parole, parole, parole. La novedad de la temporada de la primavera republicana: Pere Aragonès apela a la «Cataluña entera». ¿De qué habla? ¿Quizá reconoce que el independentismo ha fragmentado a la sociedad catalana? Más allá de todo ello, ¿a quién se dirige -suponiendo que se dirige a alguien- el president Pere Aragonès? Probablemente -sin descontar a la prensa amiga-, a los paniaguados del «proceso» que están en las primeras fila y a ese líder de la fiel oposición que es Salvador Illa. La conferencia de Pere Aragonès se resume con una palabra: nada. Lo dijo Rudolf Carnap en su crítica de la metafísica Martin Heidegger: la nada nadea.

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