Miquel Porta Perales - El oasis catalán
Junts
«¿Cuántos acabarán integrándose en Junts a cambio del silencio y alguna canonjía o un lugar de salida en la lista electoral?»
Las elecciones autonómicas en Cataluña se acercan y Carles Puigdemont tiene prisa. Para llegar a la cita electoral con un mínimo de garantías electorales, el holograma de Bruselas necesita un partido -solo uno- fuerte y cohesionado. Ya tiene el nombre: Junts. Por eso y para eso hay que borrar del mapa al PDECat. Adiós, de una vez por todas, a la vieja Convergència y lo que representa. Por las buenas o por las malas. Integración o puerta. Algunos convergentes se resisten. Hay quien no está dispuesto a renunciar a un movimiento -a fin de cuentas, Convergència fue eso- que ha marcado la historia reciente de Cataluña, quien no quiere perder cargo y salario, y quien rechaza el proyecto de Carles Puigdemont.
¿Cuántos acabarán integrándose en Junts a cambio del silencio y alguna canonjía o un lugar de salida en la lista electoral? Vale decir que el futuro de la vieja Convergència, o el nuevo PDECat, no es de color negro, sino negrísimo, si tenemos en cuenta que muchos diputados y altos cargos -exconsejeros y consejeros incluidos- ya tienen escrita la necrológica del partido o movimiento que los acogió, promocionó y amamantó. Cosas de la política y los políticos que necesitan combustible para sobrevivir. Y Carles Puigdemont lo garantiza.
En cualquier caso, Carles Puigdemont, con o sin la colaboración del pujolismo o el masismo, no tiene intención de ceder en nada. Según parece, el nuevo proyecto del ex presidente fugado de la Justicia se distinguiría por un toque izquierdista que lo distinguiría de la vieja Convergència y lo haría competitivo frente a la izquierda de ERC, la CUP y un sector -el sublíder Jordi Sánchez provine del mundo de Iniciativa per Catalunya- de los comunes. Dicho lo cual, hay que formular la siguiente pregunta: ¿cuál es el proyecto izquierdista de Carles Puigdmont para Cataluña? No existe. Para el ex presidente fugado de la Justicia, el toque izquierdista es un anzuelo electoral con que arrebatar votos y escaños a las izquierdas. Sobrevivir a cualquier precio. Solo eso.