Investidura

El preacuerdo PSOE/Unidas Podemos ha dado nuevo ímpetu al teatro de la comedia independentista. Aparentemente, JpC y ERC, que siguen mirándose de reojo, apuestan por la unidad del planeta secesionista. La justificación: que si hay que poner fin a la represión del Estado, que si hay que resolver el conflicto político, que si la mesa de negociación, que si el diálogo sin cortapisas, que si los presos políticos, exiliados y represaliados, que si la amnistía, que si la autodeterminación. Por todo eso, JpC quiere pactar -dice- la unidad estratégica con ERC. Pero, JpC tiene un objetivo prioritario: apremiar a ERC para que -bajo amenaza de traición- solo invista a Pedro Sánchez si acepta la amnistía y la autodeterminación. JpC presiona con una reunión para unificar criterio y voto con el objeto de cortocircuitar cualquier iniciativa propia de ERC. Y Joaquim Torra presiona con el patético y vergonzante ejercicio de victimización ante el TSJC. JpC quiere paralizar a ERC para recuperar el terreno electoral perdido ante las próximas autonómicas. Por su parte, ERC hace cálculos de coste/beneficio y va a salto de mata con una consulta engañosa, alambicada y teledirigida a la militancia. ¿Qué pretende? ERC quiere abstenerse en la investidura y para ello pide a Pedro Sánchez que le dé algo para cubrirse las espaladas y calmar los ánimos de la parroquia.

Una comedia, decía. Cuando baja el telón, ¿qué se percibe? Una parte de JpC -Carles Puigdemont y sus conmilitones- está dispuesta a continuar con la movilización con el objetivo de seguir presionando a ERC y dinamitar el gobierno de coalición PSOE/Unidas Podemos. Por otro lado, los republicanos escenifican un entremés para distraer al personal. Al parecer, ERC reclama una pista de aterrizaje. La cuestión es que el Estado ya ha facilitado diversas pistas de aterrizaje y el nacionalismo nunca aterriza. El preacuerdo PSOE/Unidas Podemos brinda otra pista de aterrizaje. Pero, exige que sea «siempre dentro de la Constitución». Se verá.