Miquel Porta Perales - El oasis catalán
Flexibilidad
La flexibilidad de ERC: en Cataluña, amnistía y autodeterminación; en el Congreso de los Diputados, estabilidad política
ERC es uno de los partidos más flexibles. Más que el PSC. En Cataluña, ERC insiste en el relato integrista. Ahí está el Pere Aragonès que -con el telón de fondo de una escuela en donde solo se usa el catalán: ese es el decorado secesionista de fin de año- exige «resultados tangibles» a la mesa de diálogo, no «renuncia» a nada, amenaza con «construir alternativas» vía desobediencia, unilateralidad y mediación exterior si la negociación con el Estado «encalla». Añadan el rechazo del derrotismo y la enésima reivindicación de la amnistía y la autodeterminación que el pueblo catalán se habría ganado de forma reiterada. La retórica de siempre que ahora tiene fecha de ejecución -deprisa, deprisa- en 2022, justo antes de las municipales. Vale decir que hace dos semanas Pere Aragonès hablaba de celebrar un referéndum de autodeterminación antes de 2030. En cualquier caso, la retórica del President en Catalunya remite a los lugares comunes de las sectas tradicionales que, en épocas de crisis -el fracaso del «proceso», por ejemplo-, brindan verdades inamovibles en que creer para sobrevivir a la derrota y la falta de horizonte. Un producto de consumo político-emocional que aglutina y cohesiona el grupo al tiempo que encauza voluntades alrededor de quien -ERC en competencia con Junts y la CUP- marca el camino que seguir.
La flexibilidad de ERC: en Cataluña, amnistía y autodeterminación; en el Congreso de los Diputados, estabilidad política. ERC es uno de los pivotes alrededor de los cuales gira la estabilidad política del gobierno de coalición formado por el PSOE y Unidas Podemos. En Barcelona, ERC habla de la mesa de diálogo, del 52 por ciento de no sé qué, del lingüicidio o glotofagia de que sería víctima la lengua catalana, de la autodeterminación y la amnistía. ¿Y en Madrid? Ni pío de la República catalana. Al parecer, lo único que les interesa -además de apoyar al PSOE como mal menor- es que Netflix produzca en lengua catalana. Efectivamente, yo tampoco me fío de ERC. Son muy flexibles.