Miquel Porta Perales - El oasis catalán
Estorbo
¿Qué puede hacer Pedro Sánchez con el fugado Puigdemont? No lo tiene fácil a tenor de las protestas que se generaron por el indulto otorgado a unos presos que insisten en el «lo volveremos a hacer»
El Gobierno anuncia que no tiene prevista la reforma del Código Penal con la intención de revisar a la baja los delitos de rebelión y sedición. Inmediatamente después, el diario de referencia en Cataluña, de la mano de su director, afirma «No sin Puigdemont». El director, consciente del alcance de lo dicho, añade que «gustará más o menos, pero no puede haber solución al conflicto en Cataluña si no se le encuentra una salida al futuro de Puigdemont». Después de celebrar «el coraje y determinación de Sánchez en aprobar los indultos», sostiene que el trabajo «no debería quedar a medio camino si quiere alcanzar el objetivo final». Continúa: a pesar de que la «solución al futuro judicial de Carles Puigdemont y los fugados [merece la pena recalcar que habla de 'fugados', no toda la prensa catalana utiliza el término correcto] es muy complicada y difícil de abordar» apuesta por una «salida pactada, como se hizo con Oriol Junqueras y con el resto de los presos condenados por el Supremo».
Hay que admitir que ese estorbo llamado Carles Puigdemont es un auténtico obstáculo para el diálogo -¿diálogo? ¿qué diálogo? ¿quizá una maniobra táctica para acabar la legislatura con los votos de una ERC que igualmente juega al tacticismo para mantener el tipo y marcar perfil con la amnistía y la autodeterminación frente a Junts?- que propicia Pedro Sánchez.
¿Qué puede hacer Pedro Sánchez con el fugado Puigdemont? No lo tiene fácil a tenor de las protestas que se generaron por el indulto otorgado a unos presos que insisten en el «lo volveremos a hacer». Si Pedro Sánchez fuera consecuente con sus actos, aceptaría el mal menor que Jordi Juan le indica en 'La Vanguardia' y que ustedes ya han leído antes: «salida pactada, como se hizo con Oriol Junqueras y con el resto de los presos condenados por el Supremo». Tradución: Puigdemont regresa a España, se entrega a la Justicia, previsiblemente es condenado y, al cabo de unos años, es indultado. Como Junqueras y los otros presos condenados por el Supremo.