Miquel Porta Perales - El oasis catalán
Espera
Pese a todo, ERC no se nueve. Lo único que afirma es que las reuniones con el PSOE están “encauzando” el asunto
El parte de la semana sobre la posición del independentismo catalán por lo que hace a la investidura de Pedro Sánchez sigue caracterizándose por el tacticismo. ERC sigue sin moverse a pesar de haber conseguido que Pedro Sánchez hable de “conflicto político” y no de “fractura de la convivencia”. Una concesión importante si tenemos en cuenta que, en el ámbito de la política, el conflicto se entiende como disputa entre Estados. Ítem más, el regalo socialista posibilita que ERC se permita el lujo de afirmar que, puesto que hay un conflicto, la represión del estado debe cesar. Pese a todo, ERC no se nueve. Lo único que afirma es que las reuniones con el PSOE están “encauzando” el asunto. Queda claro que ERC no tiene prisa, porque está a la espera de diversas resoluciones judiciales y a punto de celebrar su Congreso. En cualquier caso, dentro de ERC ya se ha explicitado públicamente la oposición a la abstención del partido a la investidura de Pedro Sánchez. Lo hizo el ex dirigente republicano Joan Puigcercós –casualmente antes del Congreso- en un programa de máxima audiencia de TV3 al afirmar que el apoyo a un gobierno español era imposible, porque España sigue tan represora como siempre. ¿Habrá unanimidad en el Congreso de ERC?
Las dudas y titubeos de ERC se ven reforzadas por JpCat y el mismo Pedro Sánchez. Sin saber el futuro político inmediato de Oriol Junqueras y Carles Puigdemont, ¿quién es el guapo republicano que se atreve a colaborar en la investidura de Pedro Sánchez sabiendo que Joaquim Torra puede convocar unas autonómicas en las que vaya usted a saber si puede presentarse el fugado Carles Puigdemont que ya les aguó la fiesta en 2017? Más: ¿cómo competir con un JpCat que exige amnistía, mediación, autodeterminación y otras ficciones -que atraen votos- como puntos a negociar para investir a Pedro Sánchez? Y ahí está un Pedro Sánchez –el político más versátil y antojadizo de la Unión Europea- del cual ni siquiera ERC se fía. Así las cosas, se impone el compás de espera.