Contrapeso

Para una democracia que se precie, la participación y la representación son fundamentales. Pero, hay otros elementos importantes como los mecanismos de transparencia y control. Y, sobre todo, los contrapesos –de la ley a la correlación de fuerzas pasando por el respeto a las minorías- que limitan el poder. Ada Colau seguirá al frente del Ayuntamiento de Barcelona gracias al contrapeso propiciado por una correlación de fuerzas que confiere un papel determinante al PSC y Manuel Valls-Ciudadanos. Bienvenida sea una compensación, nivelación o equilibrio que puede frenar la zozobra o inquietud que genera Ada Colau. En otros términos, el equipo de gobierno paritario –Comunes y PSC- que se anuncia en Barcelona pondría coto a los temores -la mala política- generados por la alcaldesa en su primer mandato.

Hay indicios para aventurar que el PSC, además del cargo de primer teniente alcalde, podría ocupar las concejalías de Economía y Turismo así como el área de Seguridad y Prevención. Un alivio para la ciudad, los ciudadanos y los turistas. Por su parte, los Comunes ocuparían, entre otras, las concejalías de Vivienda, Ecología, Movilidad y Feminismos. Cabe añadir que el peso de los Comunes al frente de la Alcaldía podría ser contrarrestado con el PSC al frente de la Diputación. Políticamente hablando, los Comunes conservarían Barcelona –el único bastión que les queda- al tiempo que el PSC aumentaría de forma considerable su peso en el Área Metropolitana. Por su parte, ERC practicaría la estrategia de la tensión en su particular cruzada por la hegemonía nacionalista con JpCat. En cualquier caso, unos y otros -¿qué papel jugarán Ciudadanos, Manuel Valls y un JpCat embarrancado en su enésimo proceso de refundación?- tienen la vista puesta en unas elecciones autonómicas que puede convocar Joaquim Torra en cualquier momento. ¿Y qué decir de la demagogia populista –con lazo amarillo incluido- exhibida por Ada Colau en su primer discurso? ¿Comedia? ¿Hipocresía? ¿Oportunismo? Mal empezamos.